Capítulo 11

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>>DAVINA.

Después de estar discutiendo con mi hijo un rato mientras sentíamos como un cambiaformas pequeño nos observaba a la lejanía, él resignado y enojado volvió con Harry al hotel con el pequeño cambiaformas siguiéndolo a una distancia prudente intentando no ser visto o detectado, cosa que no se le daba bien el pequeño, no era nada sutil. 

Los Wampis se habían dispersado por la casa y cerca del bosque, me ofrecieron el cuarto antiguo de Edward por esa noche. Sabía que tenía un cuarto esperándome en el hotel, pero aún no quería irme, quería pasar un tiempo con Edward o el tiempo que aún me queda, sabía que era una posibilidad muy grande lo que Cedric había comentado esa mañana, pero aun así decidí no darle tanta importancia, ni pensé por un segundo en realidad en lo que sería una probabilidad. Anthony no era mi Soulmate eso era claro, ni siquiera logro recordar si tenía una esperanza en que lo fuera, en verdad que no lo recuerdo, cuando vi su lazo mientras mi hijo contaba cada tipo de vampirismo supe en ese instante a quien estaba destinado Anthony. Todos los lazos son únicos, diferentes entre sí, jamás creí que Anthony estaría con un miembro de mi familia, pero en vez de estar triste o molesta, solo sentía tranquilidad y debo confesar que estoy feliz de su lazo, Anthony es mi esposo y la persona que más ame, pero no es nuestro destino estar juntos y en verdad me alegra que mi querido engendro del mal al fin tenga a su Soulmate.

Pero había algo más importante ahora que esta magnífica revelación, no sabía cómo Kol había tenido acceso al cuerpo de mi hijo, ni como había llegado a él, la desaparición de mi pequeño Issac fue muy confusa, estuvimos buscándolo por meses sin descanso, aun lo hacemos. Alisson estará contenta, quiero llamarla ahora pero no creo que sea buena idea que ella llegue y vea a Issac con otra persona, temo que eso le haga más daño de lo que ha estado viviendo todos estos meses. Suelto un suspiro de frustración, me recuento en el sofá de la sala viendo como la lluvia azota contra los enormes ventanales, es una gran tormenta, jamás entenderé lo tranquilizador que es escuchar la lluvia, el pasto y tierra húmeda es encantador y los truenos en vez de dar temor es estimulante, siempre amare la lluvia no por nada vivo en Londres, aunque este lugar no esta tan mal, pero prefiero estar lejos de los mundanos, no son tan malos, pero llegan a ser un fastidio a veces.

Puede escuchar como alguien se acercaba a la sala, inhalo un poco y pude averiguar que era Edward, no me moví de mi lugar ni posición aun teniendo la vista hacia el gran ventanal viendo como la lluvia escurría contra el vidrio.

—Y entonces ¿quieres hablar...? —pregunto con timidez caminando despacio como si tanteara un terreno minado.

—En realidad estoy cansada —susurro sin dejar de ver la lluvia.

—¿Cansada? —Edward se extrañó creyendo que mi hora de sueño de hace rato sería suficiente.

—Si, estoy cansada, no he estado durmiendo bien y la única vez en la que dormí tan cómodamente como un bebe —rio por mi propio chiste—, es cuando llegue aquí... contigo, he estado buscándote desde que me entere que seguías con... vida. No dormí por varios días, pero valieron la pena —acaricié la cara de Edward con cariño cuando él se encontró arrodillado a mi lado—, porque así pude encontrarte.

Edward sintió un nudo en el estómago, no sabía muy bien como sentirse con eso, por un lado, estaba feliz, conmovido, pero por otra parte se sentía preocupado, angustiado, enojado, suspiro para sus adentros formulando interminables preguntas.

—No tiene caso discutir sobre lo sucedido, lo hecho, hecho esta, no existe nada para cambiarlo. —dije con aburrimiento. Edward dio un respingo, aun no se acostumbraba que pudiera leer su mente. Aunque una parte de él lo encontraba divertido.

—Entonces es tu deber descansar ahora mismo —respondió con una tímida sonrisa.

—Hay algo que tengo que decirte, pero no sé cómo hacerlo...

Amore Perduto (Libro 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora