𓍯˖ ࣪quienes han visto alguna,
aseguran que su canto
embeleza a quien lo
escuche, que su piel
destella como mil lunas
juntas, con escamas
de plata que reflejan
la luz de un arcoiris,
hac...
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"NO RECORRAN DEMASIADO, LA isla no está sola" Recordaba las palabras de la sirena mientras caminaban buscando que comer.
Bueno, agradecía la advertencia pero no era alguien que hiciera caso, de hecho, aquello había despertado su curiosidad, lo impulsó a buscar esa diversión y caos que en el perfecto imperfecto de Auradon ya no encontraba.
A penas habían despertado los demás, les dió la idea de buscar comida, al principio se negaron, queriendo pensar en como irse de allí lo antes posible, sin embargo al ver que ni Uma ni Mal pudieron transformarse, cedieron, ya que pronto tendrían hambre.
Adentrándose a la sombra de los gigantes árboles, y a peligrosos retos que nunca habían afrontado, el peor enemigo de Evie y Audrey, la naturaleza.
- ¡Ah! ¿Qué es eso? ¿¡Por qué se mueve!? - gritó la rubia agarrando el brazo de Harry, poniéndolo delante de ella al creer ver un arbusto moverse.
- ¿Qué cosa? Yo no veo nada - Se confundió Carlos acercándose al sitio donde la princesa veía.
- ¡diugh! Este no es un lugar para usar estos zapatos, eran increíbles - bufó Evie tomando el hombro de Doug para apoyarse y limpiar su zapato con un pañuelo.
Uma y Harry rodaron los ojos, siguiendo camino con sus espadas en mano, el último sintiéndose algo desprotegido sin su inseparable garfio.
Siendo quienes encabezaban el grupo junto a Mal, los tres giraron bruscamente en el momento que se oyó el repentino grito de Gil y Carlos, encontrando al Rubio sosteniendo en brazos al más pequeño.
- ¡Les dije que había algo! - chilló Audrey, todos se pusieron alerta al sentir una presencia pasar rápidamente por entre los arbustos y árboles, instintivamente formaron un círculo, cubriéndose las espaldas.
Era más de uno quien los acechaba por las diferentes direcciones en las que se percibía, comenzando a ponerlos nerviosos.
- Esperen - los detuvo Ben - ¿y si es gente? Podríamos pedir ayuda
Justo después de eso, se generó un profundo silencio, alarmandolos más, y un segundo después un largo cuello de un extraño y gigante ave se posicionó al lado del Rey, soltando un aturdidor grito.
- ¡Corran! - no debieron decirlo otra vez cuando comenzaron la marcha, al poco tiempo apareció otra de esas bestias, eran de tres metros de altura por lo menos, eran ágiles colgándose de árboles y ramas en lugares estrechos, volando en cortos plazos debido al poco espacio que tenían para hacerlo, pero aquello no le quitaban lo peligrosas, sumando que se camuflaban muy bien entre los arbustos.
- Nos estamos separando, ya no veo a algunos - le dijo entrecortadamente a Jay, quien intentaba alejar a una de esas aves tirándole rocas y ramas que encontraba en el transcurso.
- ¡Deben estar lidiando con el otro! - les gritó Carlos llegando a su lado, asustandolos.
Aquel susto hizo que tropezaran, cayendo jay sobre Harry, quien lo empujó para que saliera rápido, pero era tarde, el ave se acercaba a paso veloz, abriendo su pico dispuesta a arrancarles algún miembro del cuerpo.
