O1O | mi salvadora.

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NO VEÍA NADA MÁS QUE LA LUZ DE la luna reflejada en el agua, el único sonido a su alrededor era el de la cascada chocar bruscamente con el río, su cuerpo no parecía querer responder, los golpes, la corrida, saltos y la caída le había pasado factura

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NO VEÍA NADA MÁS QUE LA LUZ DE la luna reflejada en el agua, el único sonido a su alrededor era el de la cascada chocar bruscamente con el río, su cuerpo no parecía querer responder, los golpes, la corrida, saltos y la caída le había pasado factura.

Se sentía flotar, sin embargo, al ver la luna cada vez más lejana, supo que estaba descendiendo, y sus pulmones, no aguantarían mucho más.

Sintió una extrema suavidad en sus manos, soltó una sonrisa, sabiendo que aquel no sería su final, no si su salvadora estaba allí, a su lado.

Y así era, Nori junto a su pez amiga habían nadado lo más rápido posible a la única subida al campamento indio, parecía más que una mera casualidad, estar ahí en el momento exacto que él la necesitaba.

La sirena observó dos siluetas caer, ser acercó rápidamente junto a Atina, a quien le pidió ayudar al chico de cabellos largos a llegar a la orilla, en lo que ella buscaba al tan estimado pirata.

Buscó alarmada su cuerpo, si se había golpeado o lo dejaba más tiempo en el agua, moriría.

Lo encontró decayendo boca arriba, con sus ojos entre abiertos, al igual que sus labios, no perdió tiempo de acercarse, tomando sus manos, impidiendo que siguiera descendiendo.

Observó sus pupilas moverse con dificultad, y las pequeñas burbujas que se formaban alrededor de su nariz, al intentar respirar.

Estaban demasiado profundo a esta altura, no llegaría con aire a la superficie.

Fué cuando la sirena lo decidió.

— Tranquilo, estas conmigo — sonrió dulcemente al sentir la leve presión que hizo en sus manos al reconocer su voz.

Soltó sus manos, tomando el frío rostro del contrario, quitó los cabellos que flotaban en su frente, y acortó la distancia entre ellos, uniendolos en un suave beso.

No duró demasiado, pero lo suficiente para que Harry abriera nuevamente sus ojos, sorprendiendose al notar, que estaba bajo el agua, sin ahogarse.

Miró a la sirena sonriendo impresionado, con aquel beso, ella pudo generar una burbuja en su boca, permitiéndole respirar unos pocos segundos debajo del agua.

Acarició la mejilla del de ojos azules, sonriendole también, no se había separado mucho, y aquello a ninguno le molestaba en lo absoluto, sin embargo, sabiendo que quedaba poco tiempo, Nori volvió a tomar su mano firmemente, impulsandolos hacia la superficie.

Estando ya cerca, lo empujó hacia el aire terrestre, donde comenzó a toser.

—¡Harry! ¡Harry, estas vivo! — escuchó a Jay, acercarse hacia él, para ayudarlo a salir del agua. El solo asintió y piso la tierra.

Sin darle mucha importancia a las preguntas del chico, se acercó a una piedra más cercana a la profundidad, de donde se asomó la cabeza de la sirena, junto a un gran pez a su lado.

❝ Ocean Eyes ❞ | Harry HookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora