OO9 | en riesgo

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— ¡SU MAJESTAD! — OYERON LAS SIRENAS hermanas reunidas esperando a su padre, quien estaba llegando a la alta mesa

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— ¡SU MAJESTAD! — OYERON LAS SIRENAS hermanas reunidas esperando a su padre, quien estaba llegando a la alta mesa.

Por primera vez, en mucho tiempo, cenaría con sus hijas, y aquello había emocionado a diez princesas, a excepción de Nori y su hermana del medio, Aquata.

Ambas decidieron no emocionarse, previendo que algo como lo que estaba pasando en ese instante, impediría que el rey Tritón pasará tiempo con ellas.

Nori no prestó la más mínima atención, comiendo el conjunto de ensaladas, frutas y verduras enrolladas por algas en su plato, hasta que oyó algo que no le gustó en lo más mínimo.

—¡Los indios cazaron a algunos de los invasores esta mañana! —

— Ya veo, acompañame — le pidió el gran Tritón saliendo de la Sala, seguido del guardia.

Las ilusionadas soltaron un suspiro cansado y al ver el ambiente decaer, la mayor decidió intervenir.

— Sigan comiendo, saben que papá esta muy ocupado —

— No sigas Neferet, todas sabemos que padre tendría tiempo para nosotras si nos dejara ayudarlo — argumentó la novena, Deirina.

Y allí se desató una batalla de argumentos como casi siempre sucedía, suspirando, Nori limpió sus manos con la tela a su lado, y bajó de la alta silla que se encontraba a unos cuatro metros del suelo.

Sentía la enorme necesidad de ir con aquel pirata de ojos celestes, la angustia crecía en su pecho haciéndola desesperarse, pero debía disimular o sus hermanas comenzarían a preguntar demasiado.

— ¡Nori! — la voz de Alana interrumpió su nado, la esperó hasta que llegó a su lado, al llegar, ella la miró dudosa y se acercó un poco más para llegar a su oído — Si descubren que sales nos meteras en problemas a todas, y no sólo te llevarás la regañada de papá, también de Neferet y Linder.

Formó una mueca, si su hermana sabía que ayer se había ido, había entrado a su habitación, por lo que en su mente surcó la idea de ser más precavida con el escondite de aquel garfio.

Pero no, ahora tenía otra excusa más para volver con él, para volver a verlo a él y sus cínicas sonrisas, y saber que estaba bien, a salvo.

— tranquila, siempre he salido a escondidas, aún en época oscura, papá debería ser conciente que no me quedaré aquí, además, no tendría que decirles nada a ustedes en el peor caso. Por eso Al, no me preguntes donde voy, te meteras en líos también. — le sonrió levemente, deseando terminar aquella plática cuanto antes.

— ¿No podré detenerte verdad? Bien pero, al menos ve con Atina porfavor — rogó preocupada, Nori asintió sonriendo y nadó esta vez más rápido a su habitación, pasando por entre medio de altas columnas y paredes.

❝ Ocean Eyes ❞ | Harry HookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora