YunHo caminaba tranquilamente por los pasillos de esa gran fortaleza en dirección a su habitación. Más bien, a su habitación con MinGi.
Era extraño y curioso hasta decir basta el pensar como hace unos meses atrás, los pasillos que le fueron vetados, ahora eran parte de su rutina; al igual que saludar aquellos guardias que lo habían mantenido bajo vigilancia. Se sentía raro y hasta un poquitín hipócrita, pero tampoco eran sensaciones que iban a cohibir a YunHo, detenerlo o hasta desatar algo en su interior. Era simplemente incomodo, pero podía vivir con ello.
Para él, era mucho más importante enfocarse en todo lo que había ganado. Libertad era una; pero no solo para sí, sino también para sus amigos.
Aún recordaba como hace una semana y más, se había reencontrado al fin con sus amigos; sin peligro de por medio, sino con la tranquilidad de poder compartir juntos una cena con la ausencia del miedo. Había sido algo sencillo, una mesa mediana ubicada en uno de los patios interiores de la fortaleza, bajo el abrigo de un gran árbol que era adornado con pequeñas esferas de luces que entregaban una iluminación cálida. Ellos debajo, riendo libres.
Aunque YeoSang no los había acompañado esa vez, por estar donde JongHo, YunHo pudo disfrutar de todas formas el momento con San y WooYoung; algo que si era sincero, ni en sus más locos sueños habría imaginado. Pero ahí estaban, sus dos amigos sentados frente a él, entregándose de tanto en tanto miradas cómplices al igual que se dedicaban sonrisas plenas de forma casi inconsciente. Con solo cruzar miradas sus comisuras ya tironeaban y YunHo no podía evitar sonreír al verlos así.
Tan enamorados.
Era curioso como algo que en el pasado le pareció tan terriblemente doloroso, ahora simplemente le generaba felicidad. De ese tipo de alegría que no se podía explicar más que se sentía con todo el cuerpo, sobre todo al ver a su hermano del alma libre de cadenas y con los ojitos brillantes mientras miraba a su compañero destinado.
De ver cómo se movía al lado de WooYoung, casi pareciendo su sombra, cuidándolo.
Como conocía a San desde que eran niños, YunHo sabía mejor que nadie lo protector y cariñoso que era su amigo, así que no le sorprendió ver lo atento que era con WooYoung. Es más, desde su perspectiva era lo mejor y algo que definitivamente el omega necesitaba con creces. El distanciamiento había quebrado a WooYoung en más formas de las que YunHo podía enumerar y recordar, pero si alguien podía cuidarlo y sanarlo ese era San.
Y viceversa. San también había pasado por su propio infierno y YunHo estaba seguro que WooYoung también se preocuparía de sanarlo a su modo.
Así mismo, YunHo también se propuso hacer todo lo que hubiera en su poder para que ambos estuvieran bien.
No les faltaría nada, de eso se encargaría personalmente.
Esa primera velada juntos fue tan amena como las que le siguieron, YeoSang ya incorporándose al grupo, aunque no tan seguido por sus visitas recurrentes donde JongHo para "velar su recuperación". En todos los momentos que compartieron, no se centraron en la nostalgia del pasado, ni tampoco en el futuro. Simplemente se dedicaron a vivir el presente, algo tan preciado y único. Uno que habían aprendido atesorar a punto de errores y desastres.
Ahora podían disfrutar de estar juntos, el mañana se preocuparían cuando llegara.
Con su vida tomando más ritmo y YunHo con más confianza entre esas paredes, había llevado a sus amigos a visitar la manada; a conocer a su gente que era más cálida de lo que hubieran imaginado. También los llevó donde quedaban los cimientos rostizados de lo que alguna vez fue la casa de HongJoong y SeongHwa, ahora solo siendo paredes vacías de piedra y escombros.
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Los Cielos También LLoran [YunGi/WooSan]
FanfictionLos gritos alzándose en mitad de la noche, el fuego crepitando de las casas chamuscadas y el miedo arrastrándose por cada rincón hasta capturar sus almas. Yunho no entendía lo que sucedía. No entendía porque estaban atacando a su manada a mitad de l...