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WuXian caminaba junto a los Wen restantes de aquella guerra.

— Por favor no quieran ir tan rápido, el barro es muy traicionero — habló dándole despacio a su caballo.

— Wei WuXian — llamo Wen Qing a lo que él volteo — hay alguien tirado ahí.

WuXian voltea a el lugar donde apuntó la chica y efectivamente hay una persona tirada en el piso, con el cabello alborotado y manchado de tierra.

Se baja de aquel caballo dejándolo un momento solo y camina con sutileza ya que, al no conocer a esa persona podría ser un enemigo, pero no fue así.

Todo miedo se disipó cuando vio que no tenía nada más que solo unas túnicas manchadas de barro con sangre, un temblor recorrió a WuXian.

¿Quién es este tipo?, ¿Por qué está tan lastimado?

Preguntas de aquel tipo planteaba la cabeza de WuXian, algo de miedo recorrió su cuerpo, pero se acerca.

Con sigilo y sutileza se acerca al hombre. Sangre es sangre la que adorna su rostro al momento de voltearlo, pero no es sangre de heridas; se da cuenta que, aquella sangre sale debajo de aquel parche que trae en el rostro.

Sin esperar más trata de levantarlo, pero una mano lo detiene. El desconocido despertó, aunque el agarre no es fuerte es bastante hábil como para sostener su mano con un poco de fuerza.

— ¿Quién eres? — habla el desconocido.

— Me llamo Wei WuXian, ahora ¿Quién eres tú? — habló el patriarca.

— Nadie que te importe — dijo fríamente el contrario.

— Siendo así, te dejaré aquí.

— Ja, y crees que importa eso, bah.

— Bueno y yo que tenía la intención de ayudarte.

— Ja, ayudarme, si como no. Acaso no sabes ¿Quién soy?

— Eh, no. Debería saber ¿quién eres?

Una risa sarcástica salió de la garganta del tipo tirado en el piso, algo que llamó la atención de WuXian, pero lo dejo pasar.

— Bueno, ya que no quieres recibir ayuda alguna te dejaremos aquí.

Hua Chen siendo un rey fantasmal con aires de grandeza y un poco egocéntrico sintiendo que puede mandar sin ayuda.

El rey fantasmal aún desconocido para WuXian trato de levantarse, pero falló al momento y cayó al piso de nuevo llenándose de barro ahora toda la ropa y cara.

WuXian se ríe de él, es tan terco pensó WuXian.

— Dime, aún quieres hacerlo solo.

— Hua Chen — respondió.

— ¿Ah?

— Mi nombre es Hua Chen.

WuXian sonríe, ahora conoce el nombre de aquel hombre que, necesita de alguna manera ayuda urgente.

— Wei WuXian, ¿Qué estás haciendo? Vámonos rápido o nos encontrarán.

— Ah, espera Wen Qing, he encontrado a este hombre herido.

La Wen baja de su caballo y se acerca al par de hombres que se encuentran tirados en el piso. Una imagen bastante grotesca, un joven de apariencia misteriosa y un joven de cultivo sí, claro todos los días encuentras a un tipo tirado.

— ¿Quién eres? — pregunta un poco agresiva, pues con justa razón, lo que le han hecho a su familia no es para más.

— Qing-jie, no tienes que ser tan cruel — habló con amabilidad y una sonrisa en si cara Wei WuXian.

Hua Chen viendo aquella sonrisa del chico le hizo acordarse de cierta persona que, por el momento quiere dejar en el olvido. Pero viendo detenidamente, la dama Wen una mujer de carácter peculiar, le agrada y, el otro chico le recuerda a su amor platónico lo cual hace que le duela un poco el pecho.

— Wei WuXian, no estamos para juegos, que tal y este es un señuelo que mando el líder Jin para atraparnos, mhm — habló francamente — tienes que pensar en ello, no todo el tiempo se encuentran tipos los cuales requieren alguna ayuda.

Una risilla salió de la boca del rey fantasmal, de alguna manera ella tiene razón, pero que daño le puede causas un hombre que, en la desesperación corrió lejos de su hogar y, por consecuencia se lastimó las cuerdas vocales y las rodillas por haberse dejado caer, pero siendo sincero con el mismo solo son algunos rasponcitos, nada grave.

— ¿Cuál es el motivo que le causa gracia? — hablo un poco violenta y con una pizca de enojo.

— No es de ustedes, si es lo que cree, dama Wen. No es de ustedes lo que me causo gracia, sino asuntos personales.

— Como sea, WuXian, vamos — se voltea — no tenemos tiempo de estar jugando con él.

De manera automática WuXian se levanta de un brinco y camina de nueva cuenta a su caballo dejando atrás a Hua Chen.

— Oye, que no me ayudarías — hablo amargo el demonio.

— Pero, tú me has dicho que no necesitas ayuda.

— Bha, como sea — voltea el rostro a un lugar solitario, un pequeño matorral de hierba venenosa.

WuXian voltea a ver a la Wen mayor y ver si está de acuerdo en llevar a el desconocido. Wen Qing, por su parte suelta un suspiro y habló — Está bien WuXian, pero está bajo tu cuidado.

WuXian sonríe ante la respuesta de la dama, baja de aquel caballo y se acerca con el demonio. Ayudando a levantarlo y el rey, aunque, sabe que está siendo mimado solo los deja ser, hasta que es dejado en un caballo que, como si e destino lo castigara lo lleva WuXian.

Algo le dio temor de él, razón, la chica lo dejo en las manos de aquel cabeza hueca, pero WuXian sabe que solo lo dijo por el calor de la situación actual.

Así que, sin perder más tiempo en cosas los Wen, WuXian y un rey fantasmal fueron camino hacia los túmulos funerarios.

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Personitas, está historia será actualizada los viernes o sábados.

El llanto de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora