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Las bromas sonaban en aquella caravana rumbo a los túmulos funerarios risas y más risas de parte de Wei WuXian que, de alguna manera la situación se hace un poco menos pesada.

Hua Chen, por su parte siente una pesadez en su en su cabeza, aun le duele su espíritu, algunas veces la ceniza que se encuentra en aquel anillo de plata ha vibrado, es como si se hablara de su corazón.

Con un rostro de tristeza hurga en sus bolsillos, encontrando su anillo y sacándolo, entre su palma posa aquel anillo y lo observa con tristeza.

WuXian, notando aquello decide hacer una que otra broma la cual solo provocó que Hua Chen se molestara y comenzara a gritarle de alguna manera a WuXian, pero este al ser un sinvergüenza solo se rio de la actitud de él más grande.

— ¡Eres un sinvergüenza! deberías pensar mejor las cosas antes de actuar —hablo un poco exaltado Hua Chen cuando sintió que WuXian le mordía uno de sus oídos.

— HuaHua — llama cariñosamente lo que trajo como consecuencia que el implicado sintiera sonrojo en sus mejillas.

Pero que, "este tipo me sacara canas verdes" pensó Hua Chen — Wei WuXian, ¡deja de molestar al chico! no ves que lo estás incomodando —grito a lo lejos Wen Qing.

— Pe..pero.

— ¡Ya callate y dirígenos!

WuXian, se acojona en su lugar dejando a un lado las bromas a el nuevo integrante de la caravana de sobrevivientes de aquella maldita guerra entre los clanes contra la secta Wen.

Como niño regañado, WuXian dejo de armar alboroto y dejo de molestar a su pasajero haciendo que Hua Chen se sienta con una profunda paz, aunque de alguna manera se sintió perturbado, ya que si era un silencio bastante incómodo.

La mañana se estaba yendo y con ello llega la tarde. El sol calaba en las espaldas de ellos, pero no es desagradable ya que les hacía entrar en calor.

Las pláticas que hacía WuXian, han quedado en el olvido ahora solo reinaba un silencio en toda la caravana, Hua Chen sentía sus ojos pesados así que decide cerrar sus ojos para descansar y seguir alerta, pero no contó que, con ello la consecuencia es haberse quedado dormido y apoyarse en el pecho de su compañero.

Cuando WuXian, se dio cuenta de ello sonrió y siguió su camino a los túmulos funerarios.

La noche los alcanzó, abrazándolos con un manto obscuro, sus luces las bellas estrellas, una melancolía cruzó en su corazón, su mente. Pequeñas punzadas dolieron en su corazón, el recuerdo de lo que ocurrió antes de que fuera por los Wen, ver aquella escena le hizo doler el pecho.

Una Wen Qing desesperada hace caminar más rápido a su caballo y llegar a un lado de su guía.

— Wei WuXian ¿Cuánto falta para llegar? — pregunta un poco desesperada y cansada.

— No falta mucho, solo ten un poco de paciencia Wen Qing.

— Ya es bastante tarde WuXian, te has dado cuenta de lo que van tras de ti acaso, hay adultos mayores niños e incluso se podría decir que mujeres embarazadas — recalcó dura — es necesario parar de inmediato a descansar, no crea que estar a caballo por un día entero es beneficioso para nosotros y mucho menos para ti.

Continuaba y continuaba regañando al chico, pero este solo se desesperó aún más sin saber qué hacer, quería llegar ya, pero teniendo en cuenta que no puede hacer ir más rápido a los adultos mayores.

Con un poco de sudor en su frente siguió su camino sin responderle nada a la chica la cual un poco indignada camina a la par de WuXian y le llama de nuevo.

— Has escuchado acaso algo de lo que te he dicho.

— Claro que te he oído, Wen Qing, pero te has puesto a pensar también en qué llevo a un pasajero también. No solo reclames las cosas, también tengo que pensar en otras, si tu deseo es descansar bien perfecto lo haremos, pero no me sobre exijas si ya sabes perfectamente mi condición.

Habló con un poco de molestia y malestar, se sintió un poco mal en hablarle de esa manera, pero creyó que fue necesario, no quiere que esto le nuble la mente.

Y, como si el cielo lo premiará aquella montaña oscura, con algunos pocos árboles se asomó en la obscura tierra.

— Hemos llegado — aviso WuXian, con seriedad a la única médica capacitada en la caravana.

Así que, en lo que restaba de la noche WuXian, Hua Chen y los Wen, subieron colina arriba y llegar a un lugar conocido por él.

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El llanto de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora