11.

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3 días después

Hua Chen, se ha mantenido al lado de WuXian, haciendo enojar al chico, molestándolo e incluso provocando sonrojos.

Algo que le molesta de alguna manera a WuXian. Siente como lo intimida de esa manera, cuando esta distraído que quiere tocar su cuerpo o cuando estan en cueva siempre trata de saltar encima de él.

Claro que entiende, nadie podría soportar la tensión sexual que se tienen ambas partes ya que, solo de esa manera pueden estar tranquilos.

En este momento, WuXian se encontraba junto a la dama Wen, hablando seriamente de lo faltante en el lugar.

— WuXian, hacen más falta hierbas medicinales, comida y otros utensilios más.

— Mhm, entiendo — se lleva una mano a la barbilla — trataré de vender el vino del tío cuarto y sacar recursos para comprar lo faltante.

Hua Chen, aunque se encontraba lejos, con su oído un poco agudo escucho perfectamente lo que pasaba, algo dentro de si le decía que lo ayudara en ello, pero si hacía algo tal ves moleste al cultivador.

WuXian, llevando consigo unas cuantas jarras de vino a acerca al Rey fantasmal.

— Hua Chen, voy a el mercado en Yilin, ¿Vienes?

Hua Chen se levanta y camina para estar frente al menor.

Con una sonrisa ladina habla — Por supuesto.

— Bien, sígueme.

WuXian y Hua Chen, emprenden camino colinas abajo, el camino no es pesado para nada.

El silencio entre ellos no es incómodo, es bastante placentero y, de alguna manera esto hace que a Hua Chen se le ocurra cosas y su cerebro comienza a idealizar e incluso a imaginar unas escenas un poco descabelladas e inmorales.

Haciendo movimientos de negación para eliminar aquellas obscenas imágenes camina más aprisa ya que, al estar enfrascado en su pensamiento pervertido WuXian, lo dejo atrás por unas cuantas zancadas, que al final no fueron nada en comparación con sus largos pasos.

Caminando se dieron cuenta que el poblado ya de encontraba frente a ellos, los ruidos de personas llendo de aquí para haya.

— Mira Hua Chen, ahí hay una posada, veamos si podemos vender este vino — levanta las jarras.

El rey fantasmal asiente ante lo que el chico dice y caminan sin prisa alguna.

Pasando por aquella puerta, el dueño se encuentra en el mostrador de la posada por lo cual se acerca a ella.

— Disculpe — llamo el patriarca.

El posadero levanta su mirada y habla.

— No hay más habitaciónes caballeros — menciona creyendo que querían un cuarto.

— No, no. No queremos una habitación. — habló rápidamente WuXian.

— ¿Entonces? — Pregunta levantando una de sus cejas.

— Queremos vender este vino — extendió las jarras.

— Mhm, dejen lo analizo.

El posadero saco una de las tazas que se utilizan para este tipo de bebidas, vaciando un poco de vino en ellas. Observa el color, olfatea y analiza el olor, por último da un sorbo al líquido.

Si los ojos se pudieran convertir en estrellas lo harían, el posadero ha quedado fascinado por la delicia frente a él.

— Joven cultivador, ¿Dónde consiguió este vino? — habló con entusiasmo.

Con una sonrisa este le responde.

— Un tío hace este vino. Entonces ¿Lo comprará?

— Que si lo comprare, chico necesito ver a tu tío, quiero proponerle un trato.

— Mhm, yo le diré, pero.... — ve las jarras que traía consigo.

— ¡Ah si! — de manera inmediata saca cuatro piezas de oro y las extiende a WuXian.

Con felicidad WuXian da una pequeña reverencia y sale de aquella podada. Después de encamina al mercado a buscar aquellas plantas, comida y otras cosas que puso Wen Qing, en tan larga lista.

Juntos caminaban tranquilamente, viendo y observando donde podrían obtener aquellos materiales para la doctora Wen.

— Muy bien Hua Chen, solo falta esta última planta y podremos irnos.

El Rey fantasmal, solo asiente y escucha atentamente todo lo que ha dicho el cultivador, a fin de cuentas el tiene conocimiento de todo y de todos, E-Ming siempre lo mantiene informado.

Los últimos puestos se encuentran al final y juntos a un comercio de comida.

— Ven Hua Chen, solo falta que observemos aquellos comercios y pregunta si cuentan con esta hierba. De ser así podríamos comer — habló sonriendo.

Las sonrisas de WuXian, son algo escandalosas para Hua Chen, pero a pesar de que las encuentra fastidiosas estás también lo hacen sentir reconfortado, lleno, pleno; hace que aquellas sonrisas alegren a ese cascarrabias.

Llevando WuXian extiende el papel u pregunta al comerciante eso tiene ese tipo de hierba a lo cual le responden de manera afirmativa.

El dueño de estante se retira un poco ya que la tiene que buscar en otro lugar dentro de su local que no está muy lejos de ahí.

— Buen Hua Chen, hemos encontrado la última hierba así que somos libres y podemos comer — sonríe y el mencionado asiente viendo aquella sonrisa.

A lo lejos, sin que la pareja vea que son observados un joven de túnicas blancas los mira desde una distancia prudente y cierra sus puños en muestra de molestia.

WuXian es llamado por el vendedor y Hua Chen voltea a él cultivador de rostro estoico y  este le da una mirada de mala muere a lo que el Rey fantasmal solo ríe con sorna.

— Vamos — habla WuXian y emprenden su camino de regreso a las montañas de los túmulos funerarios.

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El llanto de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora