El llanto de un demonio

04

Hua Chen, sin que WuXian se percatara escucho todos sus gritos.

La razón es que al ser un rey fantasmal tiene los sentidos más agudizados que los demás así que, escucho todo.

Cómo es que empezó a llorar hasta que terminara en el piso, pero al ya no escuchar nada decide abrir sus ojos y lo ve, ve que WuXian está tirado, acostado, con lágrimas que aún recorren sus mejillas.

Si Hua Chen tuviera corazón tal vez y solo tal vez le estrujaba un poco, pero como solo es un espíritu errante que, se quedó esperando a que su amor fuera correspondido y, como se sabe no fue lo que pensó.

Ahora, está atrapado en un agujero, como si haya sido arrojado a un gran peñasco y sin opción de regresar; un pozo profundo que fue excavado solo para depositar el cadáver de su amor y a leguas se nota que aquel chico que lo ayudó estaba de la misma manera.

Ambos hundidos en un mar profundo de decepciones a lo largo del tiempo que llevan vivos, bueno en el caso de WuXian ya que Hua Chen, es por así decirlo un muerto vivo.

El cuerpo de WuXian desplomado en el piso es tomado por los brazos de Hua Chen.

Lo deposita y camina a uno de los rincones, donde miro que había puesto los talismanes de silencio.

Sale de aquella cueva y se percata de que, ya era de noche, el manto oscuro cubierto de estrellas brillantes en un destello plateado le hace plantearse si debe regresar a su hogar, pues ya se ha recuperado en totalidad y no necesita quedarse por más tiempo.

Pero, algo le impide irse, algo le dicta que se quede, que no se vaya, que se mantenga en este lugar.

En aquella cueva donde aquel joven lo dejó y que tan hace algunos momentos gritaba de impotencia y de dolor.

No sabe la situación que paso él, pero si sabe algo y es que, ellos dos de alguna manera están sufriendo por un amor no correspondido. Regresa hacia dentro de la cueva y ve en aquella cama de piedra aquel chico que, sin rechistar un poco decidió tenderle la mano con una sonrisa a pesar de ser un total desconocido. A pesar de estar en contra de lo que le había prometido a aquella chica de carácter fuerte que los acompañaba.

Cuando creyó WuXian, que se encontraba dormido él escuchaba atentamente lo que sucedió y, vaya que el tono que utilizo para decirle a la chica que estaban a punto de llegar fue bastante frío y cortante, aunque, fue bastante molesto que constantemente estuviera mencionando en qué momento llegaron no justifica la frialdad de su voz.

Con los pocos datos que ha recabado se da cuenta que, no es que el quisiera hablarle de esa manera, sino que, su corazón se fragilizo en ese momento y por consecuencia le hablo mal a Wen Qing.

La sensación de soledad que emanaba aquel cuerpo es bastante alta, una alta aura de soledad que destilo WuXian al momento que se desahogó. Y, viéndolo de alguna manera la sensación de Hua Chen, no es tan diferente.

Así que, decide quedarse con el joven y, tal vez y solo tal vez entre ellos darse un apoyo mutuo que los beneficie a ambos, un trato que los haga sentir bien, que entre ellos alejen la soledad que les ha invadido su espíritu, su mente y en el caso de WuXian su corazón y el de Hua Chen las cenizas en aquel anillo que cuelga ahora en su cuello con una cadena de plata rodeando totalmente.

Camina a un pequeño espacio que se encuentra en el lugar y se sienta ahí, dejando que el "sueño" le gano o mejor dicho cerrar sus ojos hasta que el sol haga aparición dejando ver su gran esplendor dejando en él un poco de envidia ya que cada día se levanta con más luz iluminando todo a su paso, dando a saber que, aunque la luna le gane su lugar y la suplante siempre regresa igual o más brilloso que el día anterior.

Cierra sus ojos con un particular color y, solo esperara a que sea de mañana y plantearle la idea que se le ha ocurrido, solo espera que el chico acepte su propuesta o caerá de nuevo en el mar sin salvavidas y en ese caso si no encuentra una salida arrojaran sus cenizas al aire y desaparecer de lo terrenal.

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