VIII

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Mirio observaba el suelo, no había nada más entretenido que hacer realmente, sentia sus ojos pesar, aunque eso era normal, estuvo llorando por largo tiempo, la muerte de su sensei y la pérdida de su quirk le afectó demasiado.

Definitivamente sólo había dos cosas buenas entre todas estas malas noticias, la primera y muy importante, habían rescatado con casi éxito a Eri, la pequeña peliceleste ya estaba segura y curada en el mismo hospital que el, seguía bastante nerviosa por todo lo acontecido repentinamente, pero se había calmado con el paso del tiempo, comprendiendo que finalmente estaba a salvo, ya no había nada que temer.
La segunda, pero no menos importante, Tamaki había salido ileso de esta misión. Todo el tiempo que duro la misión tuvo al pelinegro presente en su mente, sentia nervios, no es que no confiara en Tamaki, sabía que el era extraordinariamente fuerte, no por nada se había ganado su lugar entre los tres grandes de la U.A, sin embargo, no podia evitar sentir muchos nervios cada que tenía una misión con este grado de peligro, por ello, grande fue su alegría al saber que Tamaki seguía bien, mal herido, pero vivo.

Sus desordenados pensamientos fueron interrumpidos al sentir el golpeteo en su puerta, estaba aun en el hospital, por lo que era probable que sea tal vez Midoriya, o quizá Nejire que vino a visitarlos.

_Pase -un débil "pase", pero no podia emitir otro sonido fuerte, se había quedado sin voz después de tanto llorar.

Grande fue su sorpresa al ver a su pelinegro amigo en la puerta, se sostenia fuertemente del marco de la puerta, portaba una bata blanca larga de hospital, su rostro estaba bastante vendado, su cabello desordenado y su expresion reflejaba dolor y cansancio.

_Tamaki! -el rubio se apresuró a ayudar a su amigo, tomo una de sus manos para ayudarlo a caminar, hasta que se sentaron en su cama de hospital- que haces aqui?, deberías estar descansando, fue una dura misión.

Sin decir nada, Tamaki abrazo sorpresivamente al rubio, sorprendiendo a este, aunque no rechazó el contacto, era lo que más necesitaba ahora, alguien que le mostrará cariño y confianza en este momento difícil, y quien más que el amor de su vida?.

_Mirio yo. . . -habló Tamaki con suavides, están nervioso sin saber que decir y para colmo, no tenía muchas fuerzas para hablar- l-lamento lo que ocurrió, Sir Nighteye. . . Y tu quirk. . . Yo. . .

_tranquilo Tamaki -le interrumpió el rubio- no te esfuerces mucho, aun estás herido.

Mirio no lo noto, pero las mejillas del pelinegro se pintaron de un ligero carmin, la forma en que el rubio se preocupaba por el, le daba tanta ternura y calidez, sentía que un inmenso sentimiento de alegría inundaba su pecho al darse cuenta que le importaba al otro.

_yo. . . Estoy aquí Mirio -le dijo Tamaki separándose ligeramente de el,  para tomar su mano, intentando transmitirle confianza y calidez- estoy aquí para ti, si quieres hablar. . . O simplemente quieres un hombro en el que llorar, estaré aquí, siempre. . .

Mirio sintió aun más ganas de llorar, pero no por tristeza, sino por alegría, alegría de tener a alguien como Tamaki a su lado, alegría por tenerlo, por poder tenerlo a su lado, sólo eso necesitaba Mirio, que Tamaki este a su lado, sea de forma romántica o no, sólo que este a su lado.

Sin poder evitarlo, ligeras lágrimas salieron de sus ojos azules, Tamaki de forma lenta, fue limpiando cada una, hasta que no volvió a salir otra, para luego acurrucarse en el pecho del rubio, sintiendo como era abrazado por este.

Poco a poco, las manos de Mirio se colocaron en la cabellera negra de Tamaki, jugando con algunos mechones o simplemente acariciandolos, Tamaki no se reuso, normalmente odiaba el contacto de otros con su pelo, pero este contacto era Mirio, y cualquier contacto de Mirio era aceptado.

Podrían pasar horas así, ambos lo sabían, pero era necesario que Tamaki volviera a su habitación, si Fatgum llegaba y no lo veía,podría volverse loco, y Tamaki no quería preocupar a nadie.

_Mirio -murmuro el pelinegro, separando de su amigo- debo volver a mi habitación, se podrían preocupar.

Mirio no quería que se vaya, queria para todo el tiempo del mundo de esa forma, siendo sólo ellos dos, demostrandose cuanto se querían, pero sabia que el otro tenia razon, así que debía dejarlo ir.

Asintió, viendo como el pelinegro se levantaba e intentaba avanzar hacia la puerta, sin embargo apenas dio unos pasos, perdió la fuerza en sus piernas, causada por un fuerte dolor en estas, logrando que casi caiga al suelo. Por suerte, Mirio se dio cuenta a tiempo, y se levanto para ayudarlo.

_Woah! -exclamo, sujetando el cuerpo herido del pelinegro- Tamaki, no creo que puedas llegar a tu habitación.

_p-pero, debo volver -dijo Tamaki, intentó nuevamente mantenerse de pie, pero el dolor volvió y casi cae nuevamente.

_no es prudente -le dijo Mirio, girandolo hasta su cama nuevamente, donde dejó al pelinegro acostado de un lado y el se sentó en el otro lado libre- si se preocupan, seguro vendrán para acá.

El otro río ante lo último dicho.

_soy muy predecible he?, siempre estoy a tu lado.

Mirio le miro, para luego sonreirle.

_me encanta tenerte a mi lado Tamaki -dijo Mirio sin ninguna vergüenza.

Esta vez Mirio si lo vio, el rostro de Tamaki se pintó de un fuerte rojo, mientras su boca estaba entre abierta por la impresión. Una escena muy tierna según Mirio, quien no pudo evitar sonrojarse levemente.

_Mirio. . . Siempre dices esas cosas tan lindas. . . -murmuro Tamaki, mientras sentía sus párpados pesar, momentos después cerró sus ojos, dejándose caer en los brazos de Morfeo.

Mirio observó como Tamaki dormía, la imagen más linda que vería en toda su vida.

_esas cosas lindas sólo te las puedo decir a ti, Tamaki -murmuro Mirio, dejándose caer en la cama junto al pelinegro ya dormido, abrazo al mencionado y se dejo vencer por el sueño también.

Lamento la tardanza, casi 1k de vistas, muchas gracias <3

Muy cercanos ||| Kiribaku ||| ||| Miritama|||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora