El destino es algo inevitable. Un hecho que muchos pueden odiar y otros tantos amar.
Siempre se ha dicho que nosotros somos quien escribimos nuestro propio camino, pero todo lo que creíamos conocer puede cambiar de una manera tan drástica haciendo q...
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Boston, Massachusetts, EE. UU
Jueves, 4:32 PM
RECUERDOS.
La lluvia era un símbolo especial para ambos.
Ella miraba como a la persona que juzgo mal horas atrás en clase le caían finas gotas de agua sobre su cara haciéndole que notará la belleza de aquel chico rubio, también veía su diminuta sonrisa, de esas pocas que demostraban timidez y a la vez alegría, de esas que te hacen cambiar de opinión; porque quizás, él es alguien diferente a los demás.
El notaba el asombro de la chica, pero no sólo eso, también admiraba la belleza de esa azabache. Cuando la conoció lo primero que captó su atención fue su cabello, sin duda alguna uno de los más hermosos que había visto en su corta vida.
Pero algo tenía la completa atención de ambos, estos eran sus ojos.
Verde y azul teniendo por primera vez esa conexión que tanto amaban.
No sabían porque, pero sentían que algo iba a pasar entre ellos.
¿Una amistad? Quizás. Probablemente de dos compañeros de clase que se ayudan cuando puedan.
¿Consejeros? Tal vez. Había una alta probabilidad que ambos tuvieran el corazón roto y necesitarán consuelo.
¿Amor imposible? Totalmente. Ninguno de ellos lo sabía, pero eso estaba por pasarle a ellos.
O, ¿Un amor correspondido? Por supuesto. Ellos estaban destinados a estar juntos en esta vida, y ¿Quién sabe? Quizás en la que sigue también.
Ambos debían de recorrer un camino algo difícil, donde las aventuras y corazones rotos no faltarían, pero eso no les impediría disfrutar de aquellos momentos juntos.
Marinette y Adrien, era el nombre de aquellos chicos de secundaria, ellos fueron elegidos por el destino para pasar las mejores cosas, y también las peores.
Existen momentos donde tienen una bonita amistad, aunque por parte de la oji-azul quería algo más, quería ser amada como ella lo anhelaba a él.
Tendrían tan bonita amistad que sólo bastaría con darse un cálido abrazo en un momento de agradecimiento como para sentirse querido.
También habría una relación de compañeros de batalla, que más tarde serían como amigos inseparables, esos que son los únicos que se conocen verdaderamente, sin embargo, había una máscara de por medio, eso era lo único que les impedía conocerse perfectamente.
Puede que se "suponga" que no se conozcan y jamás hayan cruzado palabra, pero en realidad se conocen más de lo que creen, esto lo descubren cuando el atardecer desaparece y las estrellas están arriba de ellos, justo cuando no hay nadie que pueda entender su dolor a un amor no correspondido, sólo que al final eran ellos en sus otras identidades.
