Epílogo.

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―Un año después―

Una simple rutina que significaba mucho y antes no era nada. De ser un recordatorio se convirtió en un recuerdo inolvidable.

Corrió las cortinas y observo lo que siempre ve todos los días. Un paisaje, una vida silvestre, pájaros cantando y un silencio que la hacía sentir serena.

No era lo que pensó que vería cuando regresara. Esto era algo nuevo, no fue lo que esperaba, pero aun así estaba satisfecha. No podía pedir más.

Esto no ha sido lo único que ha visto desde que recuerda que vive en ese lugar. Ha visto mucho más allá y vivió lo que no creyó jamás. De ser casas grises y personas desdichadas, ahora ve vegetación. Árboles en pleno verano, la brisa moviéndolos lentamente y animales disfrutando de su hábitat.

No vive en la ciudad como ella creía. Vive a las afueras de París con su familia. Una pequeña zona rural que muchos considerarían solo para pasar un día de campo en un fin de semana.

Esa no era una simple casa donde pasaba el tiempo, ese era su hogar, su nuevo hogar.

Y no tenía duda de que lo amaba.

Tampoco ha pasado ese último año lamentándose de todas las cosas que no pudo hacer porque ha vivido escondida de la sociedad.

Si alguien se entera que Marinette está viva un desastre se haría. Y por decisión unánime de su familia sólo las personas más cercanas a ellos lo sabrían.

A pesar de eso ella festeja cada día como si no hubiera mañana.

La vida le enseño que nunca se sabe que cambiara, por lo que vive al máximo y disfruta cada momento como si fuera el ultimo.

Eso es lo que es ahora. Mantiene todo en su memoria, y si la llega a perder como está condenada a hacerlo, ella está segura de que leerá cada una de las páginas de su diario de adolescente y ahora, el que tiene como adulta.

Es extraño ver como ella fue cambiando. Se prometió que nunca cambiaria, pero eso no está en decisión, uno debe de cambiar porque debe y es parte de la vida.

No fue un cambio para mal, al contrario, fue lo mejor que le pudo haber pasado. Aprendió de sus errores y los de los demás, en pocas palabras ella maduró como todos debemos hacerlo.

La madurez da miedo porque la inocencia pura de la niñez se pierde. Muchos se pierden en el camino y se convierten en algo malo desde los ojos de la sociedad, pero para ellos no. Consideran que es un cambio bueno para ellos porque no se van a dejar pisotear por nadie, pero sin darse cuenta ellos se convirtieron en lo mismo.

Amor, vida, dolor, decepciones, rencores. No se puede vivir sin eso. El amor no es nada sin el dolor de un corazón roto. La vida no sería nada si nunca nos equivocamos.

Ella no sería nada sin todo eso.

Suspiró mientras sonreía.

El motivo de su felicidad era que escribía en las últimas hojas de su cuaderno.

Tomó una pluma y dejo que todo fluyera por sí solo.

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A la persona que lea esto:

Es extraño escribir esto. Sientes que estas cerrando un momento de tu vida aun sabiendo que no es el día de tu muerte.

También no tengo la certeza de quien lo leerá o por lo menos si alguien logrará hacerlo. A pesar de eso, nada impide que escriba esta carta.

Destiny | MLB.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora