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Cambios.

La libertad es una sensación que se puede ir olvidando poco a poco, pero con solo sentir los rayos de sol en su piel hace que de nuevo se sintiera única.

Vio el paisaje en el que se veía envuelta, puede que sea un ambiente un tanto deprimente por los colores grises en el que está presente, pero aun así lo aprecia por hacerle creer que algún día, vera algo más que este lado gris del mundo.

En la acera que está en frente de su casa se encontraba su vecina barriendo su patio, ella es una viejita amargada y muy descuidada con un pésimo sentido del humor, Claire siempre suele evitarla ya que siempre la bombardea de preguntas demasiado incómodas que de seguro luego les cuenta a las demás vecinas ancianas.

Los niños que juegan en las tardes en la calle le dicen "el club de brujas", ese apodo nació debido por su aspecto demacrado además que siempre se visten de negro todos los días sin importar que esté haciendo demasiado calor.

Dejo de pensar en eso y se centró más en lo que debería de hacer, ahora que tenía las ideas en claro era momento de poner manos a la obra.

―Buenos días, Claire ―precisamente la persona con la que no quería hablar le acababa de saludar.

―Buenos días, señora Evans ―saludó con un tono alegre a pesar que no quería hablar con ella.

―Andas de buen humor, ¿eh? ―dijo la abuelita― . ¿A qué se deberá ese cambio de actitud?

La verdad es que cuando salía intentaba tener el menor contacto posible con cualquiera por miedo a que la descubrieran, pero ahora quiere dejar esos miedos atrás y comportarse como antes.

―Puede que las personas cambien ―sonrió encogiéndose de hombros―. Nos vemos.

Sabía que si seguía charlado con ella empezarían las preguntas indiscretas por lo que decidió hacer un movimiento con su mano y seguir con su camino.

La abuelita la miro de una forma extraña por lo que acababa de decir mientras que la castaña camino un poco más.

―¡Nos vemos! ―se escucho el grito a lo lejos de la abuela, esta la miraba con demasiada curiosidad por el cambio tan repentino de actitud de la oji-marrón, en especial su mirada había cambiado demasiado, demostraba una pizca de algo incierto para ambas.

La chica siguió con su camino viendo las calles, se fue a pie por que se dirige a una plaza que está cerca de su casa y no le vio la necesidad de irse en auto, además quiere sentir de nuevo el aire fresco y el sol.

El pavimento estaba un poco degastado. Aunque fuera primavera los árboles estaban secos y lo que alguna vez fue uno de los jardines de la calle donde vive ahora es un triste y sucio lugar donde es costumbre que la gente que pase por ahí tire desperdicios.

Su camino fue relativamente normal para ella, las calles de Boston no habían cambiado en lo absoluto, vio lo de siempre, personas caminado, algunas con sus audífonos y vio que la mayoría andaba vestido con pantalones vaqueros lo que la llevo a pensar que quizás esa era la nueva moda, mientras que otras personas iban corriendo dirigiéndose quizás a su trabajo. También vio a algunos niños de aproximadamente 4 años diciéndole a sus madres que si le podían comprar alguna cosa que acaban de ver algunas cuadras atrás, pero todo estaba siendo normal para ella hasta que vio a una familia completa.

Madre, padre e hijos, dos niños y una niña. La felicidad de ellos se distinguía a kilómetros, ir caminado mientras juegan entre sí, los pequeños haciéndole bromas a su hermanita; y los padres demostrando lo enamorados que estaban mientras reían de las travesuras de sus hijos, el color de cabello de todos era rubio y sus ojos al parecer eran de un color ámbar. Todos demostrando la alegría que tenían.

Destiny | MLB.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora