Where you at? || Gustabo & Horacio

｡:ﾟ( sharp pencil )ﾟ:｡

TW ⚠️// Gordofobia, Homofobia, Bullying, Violencia, Sacapuntas, asesinato.

Siempre pongo Advertencias antes de comenzar cada capítulo, para que si un espectador es sensible a X tema, se salte el capítulo o en cuanto vean mínimas señales de lo que no quieren leer, lo salten.

El fanfic está marcado como contenido adulto y yo advierto antes de cada capítulo, así que, por favor, si hay algún tema que les hace mal, NO.LEAN.EL.CAPÍTULO.

18 de diciembre de 2005

3 años después de que los dos amigos escaparan de la ciudad y tras muchas horas de autobus y nuevas identidades para no ser rastreados por el progenitor del menor,
haciendose llamar Gustabo como James y Horacio cómo Joe, habían comenzado su nueva vida con más esperanzas que nunca.

Al principio vivieron en la calle durante más de un año, Gustabo ya estaba más que acostumbrado a ello pero Horacio no y se solía quejar mucho de no poder comer o tener que dormir en estructuras abandonadas, aunque sin duda lo peor eran las peleas callejeras.

El más bajo de ambos era quién conseguía alimentos para el de pelo puntiagudo, incluso si eso significaba tener que vender cosas que les eran de utilidad.

Tiempo después, empezaron a acudir a una escuela pública donde les daban comida gratis y se quedaban a dormir en el recinto aunque por la tarde pudiesen salir.

Gustabo había repetido año a propósito para estar junto con Horacio en clase ya que este era un año menor.

El rubio ahora más que nunca estando ellos dos solos, había adoptado una personalidad más protectora de hermano mayor y se sacrificaba muy seguido para que Horacio no viera las cosas horribles que ocurrían tanto en su entorno como en el mundo exterior.

El ya había perdido la infancia hacia muchos años atrás, Horacio aún conservaba felicidad e inocencia y sí estaba en sus manos, no permitiría que nadie se la arrebatara como se la arrebataron a el.

Pero por desgracia, los niños eran muy crueles y muy seguido se aprovechaban de la situación de ambos 'hermanos' para meterse con ellos y con quién más se metían era con el menor al ser más sensible.

También se burlaban de ellos ya que al tener comida gratis y poder repetir cuántas veces quisieran, habían ganado bastante peso.

Ahora mismo los hermanos de 13 y 12 años estaban en la biblioteca de la escuela charlando tranquilamente, no importaba si hablaban alto o bajo ya que no había literalmente nadie en la sala.

-Anda, pero si es el maricón y su hermano el loco.- se escucharon risas detrás de ellos y al voltearse vieron a seis adolescentes que ya tenían constumbre de molestarles, estos rondaban los 15 y 16 años.

-D-dejanos en paz.- dijo Horacio o en ese contexto conocido como Joe, que intentaba seguir los consejos de su hermano de no dejarse pisar.

-Cállate, George Pig, o tal vez prefieras besar a tu amigo para callarte, puto mariquita.-

Antes de que Gustabo o aquí, James, pudiese actuar, tres de los adolescentes lo tomaron y lo inmovilizaron, hizo fuerza para zafarse del agarre de los abusones pero fue en vano.

Los otros tres sujetos comenzaron a burlarse y a golpear a Horacio al grito de 'maricón' mientras Gustabo era forzado a ver la escena amenazándoles gritando.

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Gustabo veía a Horacio dormir con lágrimas casi secas en el rostro y una mueca de dolor.
Hizo lo que pudo para curarle las heridas pero se sentía decepcionado consigo mismo.

-No he podido protegerte esta vez.- susurró con tristeza mientras le acariciaba su cabello en punta.

Acto seguido, el ojiazul escuchó una voz que le alegró el día, su querido amigo Pogo.

Gustabo mantenía una conversación en susurros con Pogo mientras dibujaba al payaso en una hoja a lápiz. El colorido y alegre amigo intentaba animar al niño de 13 años como había hecho desde que estaba en la calle.

Pogo siempre estaría con Gustabo, Pogo era quién le había tapado los ojos a Gustabo para que no recordara al monstruo de su padre que lo dejó solo en la calle con seis años.

En un trazo, la punta del lápiz cayó y el rubio comenzó a sacarle punta a este con lentitud.
Sus ojos no se podían apartar de la imagen del lápiz estando cada vez más y más afilado, mientras que Pogo tarareaba una canción de circo.

Finalmente, el rubio que ya tenía mucho sueño y dispuesto a dormir, se tapó con las sábanas y se acurrucó al lado de Horacio.

Iba a dormir, o eso creía el.

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A la mañana siguiente su cuerpo estaba adolorido y cansado, le dolía muchísimo la cabeza, pero el se encontraba exactamente dónde se había dormido la noche anterior y al ver el reloj de la pared, eran las 6:49 am, pronto se tendría que levantar.

Para su suerte, los bullys al parecer habían desaparecido y no había rastro de ellos por ningún lugar de la ciudad.