x. a stroke of bad luck

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CHAPTER TENun golpe de mala suerte

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CHAPTER TEN
un golpe de mala suerte

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El judío y el tartamudo cumplían ya un mes aproximadamente de relación y eran muy felices. El noviazgo fué en secreto pero ese día planeaban decirle a los perdedores.

Los habían convocado cerca de las 4. Llegando a el lugar Stan se encontró con Mike y fueron lo que quedaba de tramo juntos, al parecer eran los segundos al ver a Eddie estacionando su bici fuera de la casa club.

Los tres entraron a la casa club esperando al resto. El asmático se sitúo en la hamaca y los restantes en algún cajón con tal de no tocar el piso.

- Están retrasados - habló impaciente el castaño mirando su reloj. No le gustaba esperar.

- Ya llegarán - aseguró Mike.

Unos minutos más tarde el club estaba completo, cada uno en un lugar diferente con sus respectivas gorras de baño (las cuales tenían diferentes diseños y colores).

- ¿Para qué estamos aquí? - cuestionó el de gafas compartiendo la hamaca.

La pareja avanzó, dándole la cara a su "público", era el momento: debían tener coraje y enfrentar todo juntos.

- Nosotros - la mano del líder sujetó la de Stanley transmitiendo confianza - somos pareja.

- ¡Si! - un grito proveniente de la única chica del grupo llamó la atención, esta se hallaba bailando de una forma rara por la emoción.

- Tarde o temprano iba a pasar - admitió Ben de sociales.

- Me alegro mucho.

- ¿Ya cogieron? - agregó el bocazas arruinando el momento.

- ¡Beep beep, Ricardo! - calló el morocho.

- Ustedes son la pareja del año - añadió Bev mientras prendía un cigarrillo.

Todos decidieron, por votación, festejar en la heladería. Jugaban una carrera en sus bicicletas, nada de preocupación existía ahí, era como una fantasía.

Dejaron sus medios de transporte en la entrada, sacaron la plata que necesitarían y pasaron. El lugar no estaba tan concurrido así qué los atendieron fácilmente.

Pidieron unos conos con gustos muy variados y optaron por caminar mientras disfrutaban. La plaza se encontraba muy cerca por eso fueron, allí se pasaron en el suave y verde pasto.

Las flores danzaban libremente, como los pájaros, de tantos colores y tamaños. Eran tan delicadas, suaves y sensibles, eran obras de arte sin apreciar como se necesita.

- Me gusta estar con ustedes - confesó Richie

- A mi también, son los mejores.

- Somos el club de los perdedores, no seremos lo mejor pero somos amigos.

Cuando terminaron sus helados volvieron por sus transportes, caminando con cuidado en las calles ya qué en Derry eran muy insolentes al conducir y podrían atropellar a cualquiera.

Todo iba perfecto pero algo siempre sale mal, en este caso fue encontrarse con los Bowers Gang. Allí parados detrás de sus bicicletas muy intimidantes, olían a alcohol y tabaco. Sus ojos demostraban el odio para todo lo que no fuera " normal ", según ellos.

- Uhh los maricas y la zorra vinieron por problemas - ninguno contestó.

- ¿Deberíamos darles una lección por no contestar o no Henry? - sugirió Patrick.

- B-bowers por f-favor déjanos - suplicó el tartamudo.

- ¿Dejarlos sin una lección B-b-billy? No lo creo- recorrió con su mirada al grupo y en su retorcida mente pasó una idea - Hoy será por suerte... De tín Marín de do pingüe - la persona que había Sido " elegida " no fué nada más ni nada menos que Stan.

Victor atrapó por la espalda sus brazos y lo sujetó fuertemente, Patrick y Belch detuvieron a sus amigos. Henry se acercó a el vulnerable chico y empezó a darle paliza tras paliza, la sangre goteaba su rostro como un mar, dejaba de estar consciente
nte de su alrededor, solo lograba sentir entumecimiento en los golpes. Muchos gritos de provenientes de el club embriagabanel lugar, nadie se tomaba la molestia de ayudarlos, no querían meterse en peleas y menos defendiendo a un " marica ".

Los ojos de Stannie empezaban a caer con pesadez, la boca entreabierta y sus mejillas cubiertas de lágrimas recientes daban una desagradable imágen. En último esfuerzo logró ver a la persona que tanto amaba, Big Bill.

Su primer amor, su todo, y la razón por la cual viviría.

perdón por esta mierda
les/as/os quiero

-ffxiry

 alucinaciones, stenbroughDonde viven las historias. Descúbrelo ahora