nueve.

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El sudor estaba empapando la camisa de JungKook. Le adían los muslos de las piernas y los brazos cada vez que intentaba mantener el equilibrio sosteniéndose de un solo pie, y su cuerpo pesaba más y más con el paso de los segundos, que a su percepción, parecían eternos.

Por suerte, tuvo un breve momento para detenerse, respirar y preparase de nuevo para continuar con los ejercicios de equilibrio y balance que TaeHyung le asignaba.

Hacía unas dos largas horas, el director NamJoon había anunciado, por medio de las bocinas, que tendrían el resto del día libre para descansar, esto por motivos de una importante junta directiva que se llevaría a cabo con respecto a la coronación en las instalaciones de la academia. Su plan inicial había sido relajarse con sus amigos como a cualquier otro chico de su edad le hubiera gustado, sin embargo, el plan se vio interrumpido al ser interceptado por TaeHyung en el aula de clases de su última hora. Obligándolo prácticamente a renunciar ante sus fantasías de un día de descanso y forzándolo a guardar de prisa todos los útiles escolares en su maleta, para después llevarlo a rastras al salón de danza dónde tendría su primera asesoría.

No pasó mucho tiempo para que JungKook notara cuánto el peligris disfrutaba de tener el papel de tutor, o más bien... de poseer el control.

Al principio, la primera hora había transcurrido con el entusiasmo siendo casi tangible en el aire, no obstante, a medida de que el agotamiento se hacía presente en el aula, los minutos parecían comenzar a pasar con extrema lentitud.

De pronto, una gota de sudor resbalaba a lo largo de la frente y el cuello de JungKook, quién tenía las manos demasiado ocupadas como para enjugarla. Sus palmas sostenían unas macetas de mediano tamaño que TaeHyung había robado del jardín trasero de la academia, y por si fuera poco, sobre su cabeza sostenía tres libros acerca de estudios avanzados en la historia del arte que sacaron de la maleta del peligris, mientras que entre todo, intentaba mantener el equilibro con un solo pie.

— No puedo — hizo una pausa para tomar aire —. Ya no aguanto.

TaeHyung checó de soslayo el cronometro que sujetaba en la mano a la vez en que veía los segundo pasar de prisa por la pantalla del aparato.

— Solo cuarenta segundo más.

JungKook sintió como su pierna comenzaba a temblar, desbalancearse, y tensarse por el sobre esfuerzo. Apretaba los dientes con suficiente fuerza para contener el dolor que se extendía por sus extremidades, mientras que de alguna manera, también forzaba a su cuerpo a relajarse.

— No resisto.

— Vamos tú puedes... — su voz se fue apagando. Un golpe en seco retumbó en el aula, siendo provocado por la fuerte caída de los libros, seguido de las macetas y el cuerpo de JungKook. TaeHyung suspiró — Si, creo que hay que trabajar bastante.

TaeHyung se encontraba apoyado de costado contra la pared del aula, con un codo recargado en el muro y la mano hundida en el cabello, mientras que observaba con una pizca de rendimiento al pelinegro desplomado en el suelo con la tierra de las plantas regada a su alrededor.

Separó su cuerpo de la pared, caminó y tomó una respiración honda, arrastrando dos de las cuatro sillas plegables que yacían en una esquina del salón hacia el centro del mismo. Ocupó uno de los asientos, recargándose en el respaldo y dejando colgar la cabeza hacia atrás con gran cansancio, aunque, JungKook no estaba seguro de si se debía a las horas que llevaban metidos ahí o, lo que creía más probable, a que se sentía frustrado por tener que estar preparando a un principiante.

Deseaba que no fuera lo segundo.

— Quizás sería bueno tomar una pausa. — dijo al fin TaeHyung, dejando caer los hombros.

𝐀𝐜𝐚𝐝𝐞𝐦𝐢𝐚 𝐑𝐞𝐚𝐥 │➶𝐭𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora