seis.

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JungKook salió exhausto de su última clase del primer trimestre de hora, en la que innumerables veces había sido atrapado cerrando los ojos de cansancio por el profesor en turno, mientras que éste, se dedicaba a dictar palabras que él no terminaba de comprender.

La noche anterior al entrar agotado por la puerta de su habitación tras la demandante práctica autónoma que había tenido, se encontró con un ruidoso y entusiasmado JiMin que era silenciado repetidas veces por un molesto YoonGi.

JiMin había esperado ansioso gran parte de la tarde y unas cuantas horas de la noche a que el pelinegro regresara del instituto, ya que por su revoltosa cabecilla se cruzaban un montón de cosas entretenidas y divertidas que deseaba hacer con sus amigos. Corría de un lugar a otro acomodando varias cosas que estaban esparcidas de manera desordena por toda la estancia, haciendo su mayor esfuerzo porque quedara lo más similar posible a la fantasiosa imagen de un cuarto perfecto que se proyectaba en su mente.

— Te hubieras tardado más — había dicho con sarcasmo tras ver pasar a JungKook por el umbral de la puerta, al tiempo en que se cruzaba de hombros con el ceño fruncido.

— Lo siento — cerró la puerta a su espaldas — ¿Me has necesitado para algo?

— No, pero... — una sonrisa soñadora se plantó en su rostro, dando pequeños saltillos de emoción en su lugar — ¿Qué opinarías si te dijera que quiero que hagamos una pijamada? Como esas que muestran en las películas.

JungKook no pudo ni abrir la boca para replicar en protesta, cuando JiMin se acercó a él para extenderle sus manos a los hombros y enseñarle su mejor mirada de cachorrito que tenía al notar la clara intención del pelinegro por decirle que era una mala idea.

— Prometo que va a ser divertido. YoonGi Hyung está de acuerdo, ¿verdad? — ansioso, buscó con mirada la del castaño, éste chasqueando la lengua por acto seguido.

— Yo nunca dije nada.

— Podrás comer toda la comida... gratis — alzó sus cejas con genuino —. No hay mejor oferta que esa y lo sabes.

— En ese caso. JungKook, acepta.

Pasada la media noche, cuando tanto JungKook como Yoongi cabeceaban repetidamente en su lugar gracias al latente sueño que los avecinaba, JiMin amenazó con una sonrisa traviesa pintada en sus labios; en enviar fotos a toda la escuela de ellos con la cara pintada de plumón si no se mantenían despiertos hasta que la última película del maratón, que aseguraba había seleccionado con mucho esfuerzo, terminara.

Su miedo porque sus compañeros se burlaran por el resto del ciclo escolar de las fotos que era consiente el rubio era capaz de tomar, fue más grande que sus ganas de acurrucarse y envolverse entre sus limpias y suaves sábanas. Así, terminando por aceptar la insistente propuesta de JiMin que atentaba contra su propio descanso.

Al final, los tres terminaron entregándose a los brazos de Morfeo casi hasta el amanecer. Durmiendo todos en la misma cama a causa de la gran pereza que sentían por acomodarse en sus propios colchones, mientras que olvidaban por completo que horas después tendrían que levantarse para llegar a tiempo a sus clases del otro día.

JungKook suspiró por el agotamiento físicamente al tiempo en que recordaba la noche anterior, maldiciendo por lo bajo al sentir por millonésima el interminable dolor en su espalda baja provocada por la mala postura que había tenido al dormir. Anhelaba más que nada en ese momento tener un botón de apagado que pudiera oprimir para desplomarse de nuevo en su confortable cama, sin embargo, sintiéndose aun más fastidiado por saber que eso no le era posible, se resignó a solamente a esperar con ansias la llegada de la noche que todavía tardaría en venir.

𝐀𝐜𝐚𝐝𝐞𝐦𝐢𝐚 𝐑𝐞𝐚𝐥 │➶𝐭𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora