𝐀𝐜𝐚𝐝𝐞𝐦𝐢𝐚 𝐑𝐞𝐚𝐥 │➶𝐭𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤

uno.

JungKook regresó de la cafetería donde trabajaba, la cual era uno de los múltiples empleos donde laboraba. Apenas teniendo tiempo suficiente para pasar momentos de calidad con su familia, sin embargo, ese día era una fecha especial. Por lo que le pidió el día libre con una semana de anticipación al jefe de su otro trabajo; pues le prometió a su hermano menor acompañarlo a ver el desfile de la academia real, o como a él le gustaba llamarle, la escuela para niños mimados.

— ¿Cómo se encuentra mamá? — preguntó al entrar por la puerta de su pequeño departamento— Hoy debieron llegar las nuevas medicinas, las pagué hace unos días.

YeonJun suspiró.

— Si te refieres a las cajas blancas que vino a entregar un hombre con uniforme de enfermero — hizo un gesto hacía algún lugar no en específico —, están sobre la mesa.

Su hermano lo miró por unos segundos, pero volvió su vista al televisor mientras buscaba el canal donde sería transmitido el desfile.

— El médico dice que esta cómoda. — agregó

— ¿Cómoda? Ya debería estar mejorando — su expresión se mostró seria, pese a que en su interior una ráfaga de tormentosos e inquietantes pensamientos atormentaban su tranquilidad —, aunque lo estará. Debo seguir trabajando, así tendremos nuestra propia casa en una mejor zona.

— ¿Con mejores médicos para mamá? — giró a verlo.

— Así es, y en lugar mejor para que crezcas.

Jungkook sonrió, tratando de buscar en su mente alguna forma de cumplir con lo dicho.

El programa ya había empezado y los escandalosos gritos de YeonJun se hicieron audibles por todo el piso. JungKook se preguntó si los vecinos levantarían una queja por el escándalo que se estaba dando en su departamento, sin embargo, no podía culpar a su pequeño hermano. YeonJun desde hace unas semanas no dejaba de hablar acerca del importante desfile que se llevaría a cabo en el palacio real, en el cual asistirían nada más y nada menos que los príncipes y princesas que estudiaban en la prestigiosa academia real de Seúl.

Incluso si no era de su agrado aquel desfile, él haría lo imposible para ver a su hermano menor sonreír a lo grande.

Sin previo aviso, los presentadores comenzaron a nombrar a todos los participantes, mostrando consigo imágenes de la estructura antigua del palacio por fuera.

— ¡Ya empezó! ¡Ya empezó!

YeonJun con una mano se puso sobre la cabeza una corona hecha de papel adornada con pequeños brillitos color azul, y con la otra agarró la que se encontraba en la mesita del centro, entregándosela al pelinegro.

Repentinamente una tercera voz se escuchó.

— ¿Por qué hay tanto alboroto? — preguntó apaciblemente la madre de ambos jóvenes.

— Mamá, ¡ya empezó el desfile! ven a verlo con nosotros. — respondió un emocionado YeonJun, saltando de un lado a otro por toda la sala.

En cambio, JungKook se volteó boquiabierto al ver a su madre fuera de la habitación acondicionada especialmente para ella. Los ojos casi saliéndose de sus orbitales.

— Mamá, ¿¡qué haces parada!? — exclamó el pelinegro —, deberías estar descansando.

JungKook acopló su mano en la reducida y huesuda cintura de su progenitora para ayudarla a sentarse en el sillón.

— JungKookie, no te preocupes. Sé que ya estoy vieja, pero puedo hacer las cosas por mí misma — la señora Han pasó sus dedos por las suaves hebras oscuras de su hijo mayor—. Veamos este desfile del que tanto habla tu hermano.