𝐀𝐜𝐚𝐝𝐞𝐦𝐢𝐚 𝐑𝐞𝐚𝐥 │➶𝐭𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤

cuatro.

YoonGi regresó del aula de música mientras caminaba apaciblemente leyendo sus múltiples hojas con partituras escritas en ellas.

Con sus dedos golpeó ligeramente algunos compases en su pierna al ritmo de la canción que se había encontrado componiendo minutos antes, mientras que tarareaba varias melodías con relación a la tonada, esto con el fin de encontrar la que se adecuara más al ritmo de los instrumentos que se escucharían de fondo en la canción.

De pronto, YoonGi levantó su vista de sus apuntes y sonrió mientras agitaba afanosamente su mano al ver a sus amigos caminar hacia él.

— ¿Qué tal la clase de música? — JiMin observó los cuadernos y hojas que cargaba el contrario en su antebrazo — Veo que hoy has tenido un día productivo.

Una sonrisa orgullosa se asomó en los labios del mayor, en tanto se quitaba el auricular que traía solamente puesto en un oído.

— ¿Cómo te fue en la clase de reverencia? — apoyó su brazo en el hombro de JungKook al verlo guardar silencio más de lo usual — NamJoon es un buen profesor, ¿no?

— Sí, él es bueno, pero — se detuvo para mirar al castaño y ver la curiosidad nacer de sus ojos gatunos —, no sabía que existían diferentes tipos de reverencias para cada cosa — continuó —, digo, ¿quién hace una reverencia especial hasta para sentarse a comer? y ¿por qué las parejas no pueden mostrar afecto en público o usar apodos entre ellos?

Los labios de YoonGi se contrajeron en una sonrisa.

JungKook suspiró — Nada más falta que tampoco dejen jugar monopoly.

— De hecho está prohibido.**

— ¿Quéeee? — dijo con una extraña entonación que más bien salió como un chillido mientras alargaba las "e" con una mueca de escepticismo— ¿Es una broma, cierto?

JiMin le propinó un apretón en el hombro.

— No es nada que la práctica no pueda arreglar.

Los tres chicos emprendieron su larga trayectoria por el corredor en dirección a su siguiente clase que compartían en conjunto, ésta ubicada hasta el otro extremo de la academia, por lo que les llevaría un considerable tiempo en llegar hasta el aula.

— ¿Qué harán al graduarse? — preguntó YoonGi torciendo la cabeza a un lado con interés.

El rubio inhaló profundamente y respondió.

— Regresar a Busan, — el tener que recordar que ser parte de la realeza no era una opción para él, realmente le fastidiaba — y asumir el título de príncipe real, supongo.

— No luces como si ese fuera realmente tu deseo.

— Da igual lo que yo quiera o no, a fin de cuentas es mi "destino" — flexionó los dedos índice y corazón de ambas manos en un ademán de comillas —, y tengo que aceptarlo.

Su expresión de conservó seria y sin ninguna emoción aparente, como si ya no tuviera esperanzas en lo que la vida o el futuro le depare.

— JiMin... — el castaño guardó silencio al ser interrumpido por su amigo.

— YoonGi, está bien — carraspeó —. Aprendí a aceptar lo que me espera.

— O más bien a conformarte. — lanzó una preocupada mirada.

JiMin rodó lo ojos, no queriendo volver a tocar el tema.

No es que el futuro no le preocupara, pero desde niño había aprendido a seguir al pie de la letra las indicaciones que sus padres le ordenaban. Y si ellos decían que debía ser príncipe, él tendría que serlo.