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Al entrar a la cocina noto como una chica de tobillos gruesos recogía un plato del suelo cortando un poco sus manos ya que las mismas tenían ya sangre brotando y esparciéndose por su delicada piel.

Se acerco tomando una escoba y pala, ayudo a recoger lo que restaba y así echarlo al cesto de basura. Después de realizar esa tarea dejo lo que utilizo a un lado yendo hacia la contraria ayudando a tratar las cortaduras que se había provocado al momento de querer recoger todo con las manos, una acción irresponsable, pues la edad que tenía la contraria era lo suficiente para saber lo que hacía.

No entendía muy bien, pero, supuso que la huida perfecta de Aoi sólo fue una coincidencia al momento en el que la menor tiro un plato por accidente, o así había dicho ella al momento de entrar, le pareció sospechoso, más lo dejó pasar, no era el momento para colocarse de esa manera interrogante.

Tomó el botiquín de primeros auxilios de una de las repisas indicando a la de cabellera crema que se sentará en una de las sillas del lugar. Nene parecía no querer hablar con él, siquiera le dirigía la mirada y eso le preocupaba un poco, no sabía que había hecho mal esta vez.

Aún recordaba las palabras de Amane, quien le reclamaba por un tema que desconocía, eso sí, sabía que involucraba a Tsukasa de por medio, algo raro, pero sobre todo que el hermano del mismo indicará que Aoi le había relatado sobre algo que según tuvieron fue «Sexo» algo que jamás pasó. ¡Nunca haría algo así con su amigo!

Pero, por más estúpido que fuese, notaba un cambio en el menor Yugi, ya que no lo molestaba como antes, o ya no lo hacía tanto, ya que le prestaba un poco más de atención y también se quedaba callado de vez en cuando ante su presencia. Sin mencionar que aquella vez que Sakura sugirió que él y ese chico salieran a comer, el de ojos ámbar se quedó callado sin responder alguna de las cuestiones que le hacía, ¿él tendría algo que ver con todo lo que pasaba?.

Por más que se esforzará, no llegaba a saber la razón por la cual el pelinegro cambió y sobre todo se molestaba ante cualquier cosa.

Aún recordaba lo sucedido en la casa de los Yugi, donde escucho lo que Tsukasa dijo y sin más se burló en su cara diciendo que debía dejar de jugar con él.

La duda seguía en él.

¿Realmente Tsukasa dijo la verdad ese día?

No quería ser el blanco de sus bromas nuevamente, ya que en todas las ocasiones siempre jugaba con él como si no le interesara nada de lo que hacía o hiciera.

Debería invitarlo a un lugar privado, allí podrían hablar más a gusto.

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Estaba recostado sobre la gran cama, sus ojos estaban entrecerrados y su vista plasmada en el techo que no mostraba nada más que no fuera fina madera de color marrón oscuro.

Se sentía confundido, pero sobre todo temeroso. Natsuhiko era lo mejor que le pudo haber pasado, pues ese chico siempre se reía o bromeaba a su lado, de vez cuando él era el causante de los enojos de Hyuuga, más se le pasaban así como también lo hacía él.

Ambos se divertían a lo grande ante las situaciones recurrentes que pasaban.

No importaba el lugar siempre se sentían a gusto con ellos mismos, más ahora parecía que esa convivencia de paz había desparecido por completo, no importaba con quien o donde estuvieran, un ambiente algo incómodo se formulaba allí, parecía que nada pensaba cambiar entre ellos.

Se esforzaba e intentaba realizar todo para que terminarán bien, sin embargo, Natsuhiko terminaba por molestarlo cada vez que habla de lo bella que era su amiga, Sakura. Ella a pesar de ser una de ser su confidente, era quien traía loco a ese estúpido con labios curvados. No podía aceptar aún que le viera algo a la peli verde y a él no.

¿ᴄᴏᴍᴏ ʟʟᴇɢᴀᴍᴏs ᴀ ᴇsᴛᴏ? [ᴋᴏᴜᴀᴍᴀ] [ɴᴀᴛsᴜᴋᴀsᴀ] (ᴄᴀɴᴄᴇʟᴀᴅᴀ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora