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Silencio.

Eso era lo que había en ese rincón de la casa ajena.

Ninguno se había atrevido a decir algo, puesto a que uno seguía esperando una respuesta y el contrario seguía sin saber que decir.

— Tsukasa... —

El bajo llamado del rubio hizo que el mencionado fijará su mirada en el de inmediato.

Kou trago saliva, se sentía impotente ante lo que sucedía, todo comenzaba a ir en mal en peor.

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El azabache noto como un castaño paso a su lado rápidamente, le resto importancia y siguió su camino con la peli plata.

— Amane-kun... —

Los ojos ámbar se posaron en la chica, sonrió un poco esperando que esta siguiera.

— Tengo una duda... Las chicas lo preguntaron ayer por la noche... —

— Ya veo, puedes decirme si quieres —

— Es que... ¿Que harías si tu pareja te engaña? —

Amane paro su andar y bajo la mirada, el sudor bajo por su mejilla. Aquella pregunta no sabría como tomarla, ¿alguien sabía sobre lo que había tenido con Kou?, ¿Yashiro había comenzado a sospechar?, ¿o simplemente es una pregunta a la zar?.

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Los pasos eran continuos, caminaba sin preocupación alguna, había logrado varios de sus cometidos. No se sentía mal, en verdad estaba mejor que nunca. El saber que tenía a varios a su merced le llenaba de gozo.

Tsukasa por su parte, quien a pesar de tener una actitud bastante energética y maliciosa, no pudo evitar enamorarse de Natsuhiko. Un chico bastante idiota que nunca comprendía las indirectas que lanzaba el menor tratando de llamar su atención, claro que nunca pasaba.

Aunque le parecía gracioso que de todas las opciones que habían en la faz de la tierra había escogido a ese estúpido castaño que de seguro nisiquiera sabía cuanto era 2×2.

Sin mencionar que Tsukasa había caído en la mentira de que Amane era homofóbico. A el le daba igual ese tema, no estaba ni en contra ni a favor.

Y al parecer el menor Yugi no lo sabía.

A pesar que pareciera una buena persona, no lo era.

Akane Aoi, una chica que sonreía con falsedad, dando ilusiones a personas, con las cuales su cometido es jugar.

Entre ellas, tenía una nueva fuente de diversión.

Yugi Tsukasa.

No pensó que llegaría a tal punto, donde lograría amenazar a aquel molesto chico. Comenzaba a divertirse ante como el azabache se veía impotente frente a ella.

— Tsukasa-kun es un idiota —

Detuvo su paso y entro a su habitación, notando como una chica de ojos esmeralda ya tenía una vestimenta decente.

— ¿Uh?, ¿tan rápido te alistaste Nanamine-Chan? — la pregunta hecha por esta hizo que la nombrada llevara su mirada a la misma —

— Si, a decir verdad pensé que sería mejor estar lista antes de desayunar — comento con simpleza terminando de arreglar su corto cabello —

— Oh, ya veo —

Sonrió y comenzó a caminar dentro de la habitación, dirigiéndose específicamente a su tocador.

¿ᴄᴏᴍᴏ ʟʟᴇɢᴀᴍᴏs ᴀ ᴇsᴛᴏ? [ᴋᴏᴜᴀᴍᴀ] [ɴᴀᴛsᴜᴋᴀsᴀ] (ᴄᴀɴᴄᴇʟᴀᴅᴀ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora