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— Bien, ¡nos vemos! —

La peli morada cerró la puerta, pues ya todos habían salido de su hogar, había logrado hacer varios de sus cometidos sobre todo tener a Tsukasa bajo sus amenazas, lo cual simplemente le era divertido.

Río levemente y comenzó a caminar por los pasillos, nadie podría contra ella, después de todo... Nadie creería nada de todo esto al ser una “cara bonita” en la escuela.

Por otra parte, quienes yacían afuera... Estaban callados.

Amane por su parte, no podía ver a la cara a Yashiro ante la culpa, no podía hablar con su hermano por la culpa, no podía ver a Natsuhiko por la culpa y a Kou no podía siquiera verlo puesto a que se sentía culpable.

La culpa, eso era lo que más tenía Yugi Amane en su interior, haciéndole sentirse miserable.

— Amane, volvamos a casa. —

Ese llamado por parte de su hermano, le hizo dirigirle la mirada unos breves segundos y así volver a desviar la mirada, no podía verlo, no aún.

— Tsukasa... Vuelve a casa, yo iré a un lugar. —

— ¡Entonces voy con Ama- —

— Tsukasa, iré solo. —

Dijo y sólo dio una vaga despedida retirándose en dirección opuesta hacia donde estaba su hogar. Realmente no deseaba ir a ningún lugar, tan sólo que el cargo que tenía no lo dejaba en paz, debía al menos aclarar sus pensamientos para no cometer alguna idiotez y arruinar lo que a penas y tenía hasta el día de hoy.

El rubio, noto como el peli negro se retiraba, lo que de le hizo extraño fue el tono que utilizo con Tsukasa, puesto a que alzó un poco la voz, no creía que fuera ese tipo de gente.

Vio al menor Yugi que se había quedado confundido, pero su expresión demostraba tristeza, iba a hablar con el ojo ámbar, pero el castaño le interrumpió.

— Enano, te acompaño a casa. —

Su mirada se dirigió de nuevo por donde se iba Amane, debía aclarar las cosas, pero, ya que Natsuhiko iba a estar con Tsukasa... Nada malo podía pasar, ¿no?

— Bueno, yo también me marcho, nos vemos. —

Se despidió comenzando a correr en dirección hacia donde Amane se iba, debía hablar bien sobre todo lo que pasaba hasta la fecha, después de todo, estaba claro que ambos no tenían siquiera una relación, no era más que un juego vicioso como el alcohol.

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La de hebras musgo sólo vio hacia dónde corrió Kou. Estaba claro que ese chico escondía algo, pero, no se iba a meter en asuntos que no le importaban o mejor dicho, no le incumbían.

— Yashiro-san, te acompaño a casa. —

Notó como la menor le dirigió la mirada, era como una vela que ya se había apagado, dejando de iluminar todo a su alrededor.

Suspiro. Ella no merecía estar envuelta en los engaños de Aoi, sin embargo, era muy ingenua que no lo veía.

— P-Pero, yo iba... ¿No acompañaras a tus amigos? —

La de ojos esmeralda dirigió su mirar a ese par, Tsukasa sólo la veía y Natsuhiko... Pues él parecía perdido en algo mientras esperaba paciente la respuesta del menor, además, parecía tener golpes, no sabía la razón, pero, no iba a meterse en ello.

— Ellos se iba a ir sin mi de igual manera. —

Respondió. Observo como los ojos de Yugi demostraba claramente confusión por lo que había dicho, a lo que ella no hizo más que verle una vez más en clara indicación que dejara de ser cobarde.

¿ᴄᴏᴍᴏ ʟʟᴇɢᴀᴍᴏs ᴀ ᴇsᴛᴏ? [ᴋᴏᴜᴀᴍᴀ] [ɴᴀᴛsᴜᴋᴀsᴀ] (ᴄᴀɴᴄᴇʟᴀᴅᴀ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora