Conociendo a Jumin Han -Jumin Han x tú-

CAPÍTULO 2

Me encontraba en mi tercera clase en la universidad. Había entrado de vez en cuando en el chat para hablar con los miembros de la R.F.A y enterarme mejor de qué estaba pasando.

Seven me explicó que la dirección del piso era algo confidencial y que no podía decírselo a ningún miembro, tampoco a nadie que yo conociera fuera de la R.F.A. También me recomendaba, por seguridad, que me trasladase al apartamento, pues aún no sabía quién era la persona que me había guiado hasta allí.

En ese rato estuve charlando además con Yoosung, un chico tres años menor que yo y que estudia en la universidad. Menos mal que no estamos en la misma. Está muy enganchado a LOLOL al parecer. Recuerdo que yo también me enganché con diecisiete o dieciocho años, pero menos mal que me acabé aburriendo de jugar siempre a lo mismo.

Zen, de 23 años y quien al parecer era actor, también formaba parte de la R.F.A. En los diez minutos que estuvimos hablando llegó a mandarme como tres o cuatro fotos suyas. La verdad que el chico es atractivo, pero a veces me parecía excesivo cuanto lo recalcaba. De todos modos, es encantador y me habla con mucho cariño, a pesar de que nos conocimos ayer.

—¿Vienes a comer después? —Hana me arrancó de mis pensamientos mientras recogía sus cosas de la mesa. La clase había terminado y ni siquiera me había dado cuenta. Sacudí la cabeza, me levanté y empecé a recoger mis cosas también.

—He quedado con Juwon para comer después... es en lo que quedamos anoche al final. —le recordé a Hana lo que le había contado por la mañana. Me sentía mal por mentirle, pero le dije que me quedé en casa de una de las chicas de la banda porque estaba muy borracha para volverme a casa sola. Al principio Hana dudó en creérselo, pues sabe que prefiero ir a casa sin importar cuán borracha esté pero, finalmente, confió en mi palabra.

Ahora tenía que pensar en cómo iba a convencerla de que me iría unos días del piso.

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—Siempre te digo que si vas a beber mucho me avises para ir a recogerte. —Juwon me regañaba mientras yo bebía un pequeño sorbo de mi refresco, sin dejar de mirar la carta—. A veces parece que te gusta preocuparme más de lo necesario. —gruñó.

—Ese es el problema, Juwon. —repliqué, sin desviar la mirada hacia él—. No tienes porqué preocuparte más de lo necesario. Entiendo que ayer lo hicieras y te lo agradezco pero, si te digo que estoy bien y que no pasa nada, no insistas. —Juwon frunció el ceño y miró hacia abajo también, dando por terminada la conversación.

No entiendo cómo hemos llegado hasta este punto. 

Juwon fue la primera persona que conocí cuando llegué a Corea. Fue una total casualidad gracias a un malentendido en una tienda cerca del piso en el que vivía pero, al final, surgió una bonita historia de amor, como esas que salen en las pelis. No obstante, el tiempo ha pasado y ya no somos los mismos que se conocieron hace un par de años...

Siempre pensé que el tiempo no podría hacer mella en nosotros... pero últimamente siento que cada uno está intentando tomar un rumbo diferente mientras estamos sentados en el mismo barco. Cuando le miro no puedo sentir otra cosa que no sea cariño pero... A veces dudo sobre si lo que siento hacia Juwon sigue siendo el mismo amor de siempre...

A veces dudo sobre si sigo enamorada.

—Te quiero. —acabó murmurando Juwon, mirándome con dulzura, intentando pactar una tregua entre nosotros. Levanté la cabeza y me quedé observándole por unos segundos, parecía que había escuchado mis pensamientos. Al final suspiré de forma exagerada mientras hacia un gesto cansado con los ojos y le sonreí, respondiendo lo mismo.

Continuamos la comida entre conversaciones banales sobre cómo habían ido nuestros días, así que, hablando del grupo y el concierto, aproveché para sacar el tema que no dejaba de rondar mi cabeza.