CAPÍTULO 7

2.4K 236 193
                                    

—Hola, _____. Has llegado rápido.

—Sí, salí de casa nada más colgar. —dije mientras entraba por la puerta. Juwon vive con dos amigos suyos que conoció el año pasado. A mi no me caen demasiado bien, pero nunca he querido comentar nada al respecto.

—¿Vamos a mi cuarto? Estos dos han salido, pero no sé cuándo volverán y no quiero que interrumpan la conversación. —asentí. Fue a la cocina a por un par de vasos de agua, volviendo después a mi lado. Nos dirigimos juntos hacia su habitación y nos sentamos en la cama, uno al lado del otro.

—Juwon... yo...

—Antes que nada, _____, quiero pedirte perdón. —Juwon carraspeó y bebió un poco de agua—. Te jodí la noche el otro día y no debería haber sido así pero... —apartó la mirada, parecía dolido—. No aguantaba más la situación en la que estábamos.

—Te entiendo. —comencé a decir—. Tienes razón. Algo entre nosotros no está igual que antes. —aparté la mirada también, me dolía revivir lo que pasó la otra noche—. No quiero que nuestros caminos se separen y te lleves un mal recuerdo de mí...

—Yo... quiero que nos demos otra oportunidad. —me miró con los ojos llorosos y no pude soportarlo, por lo que empecé a llorar también. Era la primera vez que nos manteníamos la mirada desde que llegué—. Eres mi estabilidad mientras que todo a mi alrededor parece cambiar constantemente... Todo cambia menos tú.

—Tal vez ese es el problema, Juwon. Que no nos dejamos cambiar el uno al otro —le dije esto entre sollozos, me dolía decirlo en voz alta cuando ni siquiera me atrevía a pensarlo. El chico también comenzó a llorar más y me abrazó con fuerza. Tras varios segundos abrazados y sollozando en el hombro del otro Juwon se lanzó a hablar.

—Me da miedo dejarte... porque te quiero. —tras decir esto comenzó a besarme y por un momento el recuerdo de sus besos me hizo dejarme llevar. Comenzamos a besarnos hasta que nos acabamos tumbando en la cama y de repente apareció en mi mente la imagen de Jumin dormido a mi lado. Me alejé de Juwon, quien me miró confundido.

—Esto no está bien Juwon... —negué con la cabeza cerrando los ojos con fuerza, incorporándome—. No es como tú has dicho... Es al contrario. —hice una pausa, secando mis lágrimas—. Nos queremos porque nos da miedo dejarlo. —le miré a los ojos dejando caer las lágrimas, pero no obtuve respuesta.

—Entonces... ¿no hay nada más que hablar? —el chico se pasó las manos por la cara para secarse las lágrimas, negando una y otra vez con la cabeza—. Sabes que siempre serás mi ratoncita, ¿verdad?

Asentí intentando sonreír, pero en lugar de eso más lágrimas comenzaron a salir. Ratoncita era la forma cariñosa que tenía Juwon de dirigirse a mí, pues decía que yo era pequeñita como un ratón. Suspiré con fuerza y me levanté. No podía más.

Entré al baño para lavarme la cara antes de irme de casa de Juwon. Aproveché también para entrar al chat de la R.F.A y llamar a Jumin. No quería a nadie irrumpiendo en mitad de la noche en el piso por no avisar.

—¿Lista para volver?

—Sí.

—De acuerdo. El Sr. Kim tardará quince minutos. Te recogerá donde te dejamos.

Colgué. Estaba demasiado cansada como para enfrentarme al desdén de Jumin así que preferí no decir nada más. Respiré hondo y salí del baño, encontrándome con un Juwon cabizbajo en el salón.

—He llamado para que venga un taxi. —le comenté. Ya empezamos otra vez con las mentiras.

—Sabes que puedo llevarte yo... —murmuró él—. O puedes quedarte aquí.

Conociendo a Jumin Han -Jumin Han x tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora