Te necesito - Chase X Marshall

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Marshall se pasaba la punta del dedo sobre sus labios y miraba desde su casa a la mañana resplandeciente. La pata caía desentendida sobre la superficie de metal y un suspiro escapaba de él. Había un cosquilleo en su estómago que no dejaba los últimos días. Se estremeció con un pensamiento que lo hizo temblar hasta la cola, y un poco más abajo. Se sentía algo solo... Mordió su labio inferior para suprimir un pensamiento que lo obligaría a cerrar su casa por algo de privacidad.

Caminó alrededor del cuartel una vez que salió. Se notaba ansioso y miraba detrás suyo muy seguido. Uno no podía decir si buscaba a alguien o si veía si alguien lo seguía. De cualquier forma, la sensación no lo abandonaba, y regularmente pensaba en volver a su casita a desfogarse. Hacía mucho que Chase, su novio, no le hacía compañía de noche. La vigilancia de los cachorros se hizo más fuerte cuando les explicaron que, a pesar de su celebrada relación, los demás eran muy jóvenes para estar escuchándolos de noche en sus encuentros.

Marshall se frustró cuando lo oyó de la boca de Ryder, mientras les daba esa mirada molesta de padre preocupado. No quiso hablar con él durante un tiempo, y ni Chase logró que eso cambiara. Era una época de rebeldía para su edad. Poco a poco sus hormonas llegaban a su cabeza y nadie lo hacía entrar en razón. Los escapes en los que liberaba tensiones dentro de su habitación se hacían más frecuentes. Buscaba esas sensaciones fuertes de la forma en que pudiese, pero nada se comparaba, ni de cerca, a la forma en que Chase se encargaba de él. Otro remezón pasó por su cuerpo con el recuerdo. Un poco más y no lo soportaría.

Los arbustos detrás de la torre hicieron un sonido. El dálmata caminó hacia ellos sin mayor discusión interna, ya que necesitaba algo para despejarse. Caminó de cerca sin saber qué encontrar. Un animal perdido, uno de sus amigos jugando, quién sabe. De repente sintió un empujón y no pudo reaccionar a tiempo.

"Parece que te tengo." La figura que se alzaba encima de Marshall era Chase, quien tenía los ojos enganchados a las pupilas del cachorro en frente.  "Estamos solos... nadie vendrá aquí."

El corazón de Marshall iba a mil por hora, sus instintos nublaban todo razonamiento, y se forzó a tumbar a Chase y se puso sobre él, presionando un beso contra sus labios, y ambos rodaron como bestias peleando por dominancia. Una disputa que estaban más que felices de tener.

Bajo la discreción de los árboles, el joven cachorro llenó cierto vacío dentro de él, pero pronto necesitaría más, mucho más... la juventud no les duraría mucho, mejor sacar lo mejor de ella mientras podían. 

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