Tracker se impacientaba en la entrada del cuartel mientras veía como todos jugaban. Solo pasaba de visita como cada segundo domingo. Desviaba la vista de los cachorros por momentos y volvía a verlos, luego regresaba la cabeza hacia sus patas, luego al pasto, a la autopista y volvía a ver a sus amigos jugar. La puerta transparente le hacía difícil espiar sin ser visto. Esta vez había pedido a Carlos venir solo, pues era una ocasión algo especial, por decirlo así. El joven accedió sin preguntar. Ahora Tracker deseaba tener a su amigo para que le diera valor para entrar. Su mirada volvía a su ciclo, de nuevo a sus patas, y ahora a los cachorros.
¿Desde cuándo empezó a sentirse así por estar cerca de ellos? Sería desde esa vez que se quedó atrapado en el templo cuando nos salió a tiempo después de un rescate. La corona no debía moverse una vez devuelta luego de quitársela a Mandy, pero no calculó el tiempo en que la trampa volviera a activarse. Se quedó ahí solo pudiendo contactar con los demás por su placa. Recordar el momento era agridulce. Muchas cosas ocurrieron ese día.
Marshall parecía querer salir de la habitación. No, solo fue al elevador. Nadie ha notado aún que ya llegó desde la selva para su visita programada. ¿Estarán esperándolo? Probablemente. Un conflicto que solo él tenía. Nadie notaría la diferencia si entrara sin más, pero Tracker no podía. Estaban divirtiéndose, pero uno no aparecía hasta ahora. Una mitad esperaba que uno de los cachorros en especial llegara ya, y otra que se lo tragara la tierra para no pasar por ese momento.
Chase lo había recibido en la ciudad cuando llegó esa mañana, le dijo que iría por un recado rápido para Ryder y no tardaría. El Chihuaha creyó que mentía, pero solo habían pasado 5 minutos. Se le hizo larga la espera cuando su mente divagaba entre entrar y saludar y los recuerdos de ese día del rescate. Justamente fue el pastor el primero en hallarlo dentro del templo después de que tuvieron que abrir una salida lateral. A Tracker se le encontró encogido del miedo. Todo estaba bastante oscuro dentro de las cuatro paredes de piedra. Usando su equipo de espía descendió y logró hacer contacto con él. Ese fue el fin de la historia para los demás.
"¿Tracker?"
Fue despertado de su trance por la voz de dicho cachorro, quien llegaba caminando de lo más tranquilo.
"P-Perdón, no tuve el valor de entrar solo."
Chase lo miraba preocupado, pero entendió rápido y se aproximó a colocar su pata sobre la de él, mientras susurraba en su oído. "Todo estará bien, yo estoy contigo."
Fueron las mismas palabras que le dijo dentro del templo ese día. Aquel pequeño momento que compartieron y que los hizo confesar más tarde lo que quisieron decirse hace mucho tiempo.
Para su primera semana, querían compartir su dicha, como pareja, con todos sus amigos.
"Te quiero" susurró.
"Yo te quiero."
Entraron sin vacilar, uno delante del otro, y no se apartaron el resto del día.