Todos estaban lo suficientemente alejados de la torre jugando con la pelota para que Chase pudiera estar a solas con Skye en la entrada de la torre.
"Y entonces, Skye..."
"Dime, Chase", ella replicó.
Él tragó saliva y quiso hacer su movimiento.
"Me preguntaba si querías-"
La pelota roja tapó la visión del sol por un segundo antes de impactar contra la cara del pastor y mandarlo a rodar en el césped.
"Oops, lo siento chicos." Apareció Everest, quien, al parecer, había sido quien tiró la pelota. "¿Interrumpí algo?"
"No, nada, Everest."
* * * * *
"Bueno, ahora que estamos solos, aquí en la cabaña..." Chase mencionó estando sentado frente a la chimenea de la cabaña de Jake luego de un día de juego en la montaña. Skye, a su lado, parecía querer acercarse poco a poco.
"Sí... hasta parece que... bueno..." se sonrojaban tímidamente mientras se quebraba la madera y-
"¡Quién quiere chocolateeee!" Gritó Everest dando un porrazo a la puerta y colocándose entre ambos cachorros con tazas y galletas en una bandeja. "¡No se queden sin chocolate, chicos! ¡Será una larga tormenta!"
No se movió de ese lugar en toda la noche.
* * * * *
Chase buscó la forma de caminar a solas con Skye, pero desde hace un tiempo que no pudo traer un tema de conversación. Pasaban los minutos y la caminata solo se hacía incómoda.
"¡Cuidado abajooo!" No se dio cuenta que pasaban por la zona de snowboard y Everest venía a toda velocidad cuesta abajo, impactando a Chase y llevándoselo deslizándose.
"¡Oof, lo siento Chase, creo que te llevé conmigo!" Se disculpó gritando de la emoción.
"¡Maneja esta cosa, Everest!" Chase exclamó. "¡Esto está genial!" Jugaron y no volvió a pensar en Skye el resto del día.
* * * * *
"Entonces, Everest... ¿vienes conmigo a comer algo?" Después de un tiempo, Chase cambió de interés luego de los muchos, muchos fracasos que tuvo con Skye. Tal vez fue el destino.
"Seguro, Chase..." O tal vez fue el plan de cierta cachorra de nieve astuta todo este tiempo.
A lo lejos vieron cómo llegaba Marshall y se tropezó casi llegando a ellos."¡Cuidado, amigos!"
Everest se limitó a alzar la pata y a atraparlo en medio del aire del cuello. Lo acercó a ella sin cambiar su terrorífica expresión facial.
"Fuera." Pronunció en su oído, y Marshall salió corriendo.
Luego volteó y le lanzó una sonrisa a Chase. El cachorro se preguntaba qué le esperaba.
Sea lo que sea, le gustaba.