De Regreso al Juego

583 49 15
                                    

Se encontraba en el mismo lugar de ayer, antier, y los días anteriores. Sentado al lado de la cama en la que se encontraba el ángel aún sin abrir los ojos. Ya habían pasado 2 meses desde el incidente, y en ese tiempo, el vientre de Levi a estado creciendo (ya que los omegas dan a luz a los 6 meses) y hasta ahora, no a habido un atisbo de reacción, por parte del ángel, claro. Levi se encontraba más delgado y pálido que de costumbre, sus alas estaban casi peladas por la falta de nutrientes. Eren tenía miedo que ambos murieran; no había día en el que se arrepintiera de su acción. Sus padres le habían aconsejado en dejar al ángel morir, y que se consiguiera a una beta que pudiera concebir. Pero no lo aceptaba, le había prometido a Levi sacarlo de ahí, y no sólo él, ambos se habían prometido cosas que debían cumplir, pero por su inconsciencia ésta dejando morir a la persona que aprendió a amar y proteger.

- maldición -resopló- porfavor Levi, porfavor... Dios.

Se arrodilló frente a la cama, juntó sus manos y las comprimió haciéndolas puños, posó su frente en sus manos y comenzó a rezar.

Desde el día en que sintió que Levi moría, empezó a hacer lo que sea para que Lucifer (su dios) le cumpliera su deseo de que Levi despertara como antes. Negoció con sacrificios y su vida, pero con su vida no podía, porque era hijo del Rey Grisha, y era casi como inmortal, por lo que no funcionaba, ¡Lucifer no cumplía con su palabra! Más de una vez hacia que Levi se levantara, pero solo lo hacía porque lo estaba ahogando. Así que para ya no dañar a su amado, dejó de darle ofrendas y otras cosas, y empezó a rezarle al Dios de Levi: "Dios".

No esperaba que hiciera algo por él, al ser un demonio. Prácticamente su enemigo, pero más de una vez Levi le hablaba de él, que le cumplía los deseos a cualquier ser, incluso hasta el alma más oscura que existía, pero debían humillarse ante él y pedirlo con todo el corazón, todo eso, a cambio de su deseo. Así que hace un mes que rezaba a escondidas de sus padres. Sellaba la puerta con seguro para que no lo encontraran de rodillas en la cama (los demonios sabían las posiciones de como rezarle a Dios). Rezaba a susurros, todos los días, desde la mañana hasta la noche. Hasta ahora podía ver algunos cambios, como las alas de su amado, (que estaba muy peladas y su piel morada, casi llegar a lo negro) empezaba a tomar un color rojizo (muy natural) y le salían pequeñas y suaves plumillas. Por lo que hasta ahora no a dejado de rezarle al Dios, todo poderoso.

-por favor, te suplico con todo mi repulsivo corazón, tú has de saber que no soy una buena persona y realmente quiero hacer las cosas bien con tu hijo, señor. Porfa, cumpleme, veme que te lo pido todos los días, y espero puedas cumplirme el deseo, te entrego mi vida si es posible, pero quiero ver de nuevo a Levi, porfavor, porfavor Dios...amén. -abrió sus enormes ojos y los enfocó a Levi- mira que lo hago por ti, amor. -acarició su mejilla y salió de la habitación.

***
Ya había pasado un mes más, y más esperanzas le daba Dios a Eren, que ahora se encontraba algo mejor, Levi a tenido algunos movimientos músculares y balbuceos de algo. Sus alas se encontraban hermosas como siempre, su panza crecía hermosa y sana. No había día ni noche en la que el demonio no rezara. Siempre tenía las oraciones en cuenta.

Últimamente se mantenía más ocupado con Levi que sus trabajos de príncipe. Zeke se encontraba encerrado en la prisión, por sus acciones, no faltaba mucho para que saliera, por lo que aún así, Eren lo odiaba más. Se presentaba en sus entrenamientos y reuniones, pero siempre vigilaba a Levi.

Se encontraba ahora en el mismo cuarto, triturado con su dentadura los alimentos que debía comer Levi, aunque parezca algo tétrico y asqueroso, era la única manera en la que hasta ahora, Levi se encontraba con fuerzas.
Dejó el bocado en aquel tubo que enviaba esa comida al estómago del ángel y procedió a beber agua para pasar más fácil la comida. Justo cuando se inclinó para darle de beber, Levi comenzó a toser brutalmente, haciendose levantar de un solo. Eren se sorprendió tanto que tuvo que tragarse el agua y ayudar a Levi a sacarse de la garganta aquel artefacto que le comenzaba a molestar.

Mi Pequeño ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora