Fortaleciendonos...

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En el día siguiente; el pequeño azabache se despierta de golpe al sentir el frío de la otra parte de la cama. Pudo notar que era demasiado temprano, ya que las rafagas de afuera ya daban al rojo más claro.

Desde su platica de ayer con su ya oficial esposo; estuvo realmente ocupado; una, porque el castaño desapareció luego del almuerzo. Y segundo, Carla no desaprovechó ningún minuto en donde le enseñó el castillo y trabajos que se conyevan los del "servicio". En la cena, Levi ya comenzaba a hacer todo los quehaceres del lugar; si, obtuvo ayuda de aquellos que eran encargados, pero de igual forma tuvo que hacer algo.

Llegando la noche, fue donde cayó dormido por el cansancio (claro, después de haberse sacado el sudor). Es por ello que ya no volvió a ver a su castaño esposo; ni supo que si llegó a dormir.

Luego de haber meditado un poco sobre la cama, se decidió a dormir un poco más. Pero algo repentinamente lo dejó sacarse esa idea en que podría conciliar el sueño. La Reyna Carla apareció por aquellas enormes puertas, para luego ingresar y acercarse a la cama.

-hey, pequeño, debes levantarte, que el desayuno no se hará solo. Y hoy saldrá el Rey junto el príncipe. Así que debes de prepararles sus comidas.

De igual forma, no le envió saludo alguno hacia la Reina Carla, así que solo se limitó a levantarse de las calientes colchas; vió que la reina le comenzaba a sacar ropa adecuada para ese día, así que solamente entró a la habitación donde el baño y se tomó el tiempo posible para sacarse la suciedad del cuerpo.

Al salir, en la cama donde yacía dormido, estaban ciertas prendas en las que se colocó y consistían en: un pantalón negro de aquellos que parecen de leñador, una blusa blanca de mangas largas, y un par de botas que le llegaban hasta los tobillos. Salió de la habitación para luego bajar las enormes escaleras e irse hasta la cocina, donde se encontraban unos pares de demonios haciendo sus deberes. Los vió demasiados ocupados que solamente se le dictó a saludar y preguntar a lo que hacia falta o en lo que podía ayudar. Aquellos también le saludaron como otro nuevo integrante a la familia, a la que se le inclinaron un poco, para luego colocarle un mandil blanco y ponerlo dentro de la cocina.

***

-padre, dejame ir a ver a mi esposo; desde ayer no lo pude hacer.

-no seas mentiroso Eren, anoche lo viste e incluso dormiste con él, así que apresurate en arreglarte.

-... ¿Es enserio?-preguntó con hironía-, ayer solo lo ví, pero no le hable porque estaba dormido y cansado como yo. Y hoy que me has levantado temprano, y no lo veré en el desayuno... Papá, porfavor.

-ya vasta Eren, siempre es lo mismo contigo... Luego de la reunión que tendremos del otro lado, podrás verlo a tu gusto. Pero ahora sólo apúrate. -sin decir más, el mayor Alfa sale de la habitación.

-tch, maldición...

A pesar de que se había casado, últimamente no lo dejaban ni respirar, y ahora que debe tener más responsabilidad en su esposo, el pueblo y si ya es posible su futuro hijo. Todo eso ya lo lleva al borde de explotar, pero ahora solamente que lleva en su mente es aquel chico mal criado que le robó el corazón, y ahora que debe trabajar duro para lograr salir de ese infierno (literalmente) y protejer a su amado, es lo único que lo ayuda avanzar y tener las fuerzas suficiente para mantenerse aún en pie.

Y terminando de colocarse la armadura de batalla e irse a las caballerizas y colocar sus armas encima de aquella bestia que es un caballo negro que brota de él es un fuego azul para sus cabellos, pero no daña la piel a quién lo montase; sale de ese lugar, directo hasta el comedor del  castillo. Cuando llegó solamente vio a sus dos padres, Dina y Zeke en la mesa; igual que en la cena de anoche, dejando a Levi comer en la cocina donde los demás. Llegó y tomó asiento al lado de su madre, frente a Zeke con cara de serio.

Mi Pequeño ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora