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Bang SungHoon y Bang BeomGyu, 5 años de edad.
Oh no.
No, no, no, no y no.
¡JeongIn no podía estar embarazado!
El pelinegro no podía creerlo, no. Ahora no, cuando su restaurante iba bastante bien y lo necesitaban ahi más que nunca. La cabeza ya comenzaba a dolerle y aún el bebé no nacía.
No ha hablado desde que el doctor les dio la noticia. No quería romperle la ilusión a JeongIn quien seguía chillandode alegría desde el lugar del copiloto.
— ¡Dios, Chan, estoy taan contento! —Canturreó con las manos en las mejillas. — ¡Vamos a tener otro bebé! Y será tan pequeño, puede que se parezca a BeomGyu, o a SungHoon, con un poco de suerte tal...
JeongIn paró de parlotear al aire cuando se dio cuenta de que su esposo no le hacia en lo absoluto. Frunció el ceño sin comprender.
— ¿Channie... a-algo va mal? —Preguntó, mirando al otro manejar con la vista perdida en el camino.
— No —Se limitó a contestar.
— Chan... ¿tú... tú no quieres a éste bebé? —JeongIn preguntó nuevamente un poco desilusionado.
— No es que no lo quiera... es sólo que... no ahora.
— ¿Y Cuándo ? ¿Cuando nos hagamos viejos y yo tenga que llevar un embarazo riesgoso?
— No, JeongIn. Primero debimos hablarlo. JeongIn puso los ojos en blanco.
— ¿Y si lo hablábamos qué? También hubieras dicho que no ahora.
— Por lo menos tuviste la decencia de decirme que te lleve al médico —Murmuró muy bajo, tratando de cambiar de tema.
— ¿Qué? ¿Por qué? Yo siempre te...
— Por lo menos está vez no me guardaste las pruebas —Comentó un poco más alto.
— Yo... Chan, yo... te juro que no era mi-...
— Ya, fue hace mucho, ahora no me importa — Dijo despreocupadamente, parando frente a la puerta de la escuela de JeongIn.
El castaño bajó sin decir nada, con la cabeza gacha y entró a la escuela
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