XVII

541 85 14
                                    

Fingir que todo iba a salir bien junto a Renjun, y celebrarlo como si todos mis problemas acabaran de desaparecer era sencillo, pero, cuando se fue de mi casa y quedé solo con mis pensamientos, me di cuenta de que no. Me había comprometido a ir a la cafetería mañana, y eso conllevaba ver a Jeno. Y probablemente entablar una conversación con él. ¿Mirarle a los ojos? ¿Recordar lo que ocurrió el otro día en mi casa? No estaba preparado.

Ya era muy tarde, lo mejor sería irme a dormir. Si pensaba más sobre lo que iba a hacer, terminaría por no hacerlo. A la mañana siguiente fue un poco, aunque no mucho, mantener la mente en blanco y salir de casa nada más vestirme, con la intención de desayunar fuera. Era porque estaba todavía medio dormido que había sido tan sencillo dirigirme allí como si nada, ya que si llego a estar un poco más lúcido, iba a la guardería sin desayunar.

Entré en la cafetería, y me temblaban las piernas. Al abrir la puerta, vi justo delante de mi al chico por el que podría desmayarme ahora mismo, que ni siquiera mantuvo contacto visual conmigo antes de entrar en la zona de la cocina. Me parece que sólo tuvo que ver una parte de mi cara para reconocerme y escapar, haciendo que Mark saliera a atender la barra en su lugar.

Esta, estuvo desatendida unos segundos, durante los cuales me acerqué y no me atreví a sentarme. Luego, extrañado y algo perdido, salió el canadiense y se acercó a mi.

—Hola, Jaemin. Siéntate, te preparo yo el café.— Me dijo. Sus palabras destrozaron mi corazón. Era evidente lo que iba a pasar; Jeno bajo ninguna circunstancia querría verme ahora en su lugar de trabajo. Lo que estaba haciendo era casi acoso, y le estaba molestando. Me sentía horrible. Estaba a punto de irme, pero para no ser grosero también con Mark, fui a una de las mesas vacías.— Puedes sentarte aquí si quieres, Jeno sale ahora...

Le hubiera hecho caso, pero cuando pensaba que el otro no saldría de la cocina. Al escuchar la segunda parte de su frase, fui con más decisión hacia la mesa vacía.

—No hace falta, ¿Por qué no te sientas conmigo un rato a hablar? No te preocupes por traerme nada de comer.— Le dije, y me miró, de nuevo, algo extrañado, pero luego asintió y se centró en prepararme el café. El pobre no se estaría enterando de nada.

Terminó de hacer el americano, fue a decirle algo a su compañero, y vino conmigo. Dejó sobre la mesa mi desayuno que incluía un par de galletas en una bolsita de plástico.

—Perdona que no tuviera nada preparado, estas galletas las servimos gratis con el desayuno. Si quieres más puedo traerte...—Me dijo todavía de pie, y mi vista fue involuntariamente a la puerta de la cocina abriéndose dejando pasar a Jeno a la barra. Mi corazón casi sale de mi pecho cuando cruzamos miradas, aunque fuera durante unas milésimas de segundo.

Me di cuenta mientras observaba al chico lavar la máquina de café que había dejado al otro esperando una respuesta antes de sentarse. Negué con la cabeza.

—No te preocupes, siéntate. ¿Tú no tomas nada?—Le pregunté, y traté de dirigir mi atención a mi conversación con él, ignorando la barra y nuestro alrededor.

—Ya he desayunado, gracias.—Negó con la cabeza sonriéndome. Aunque el aspecto de Mark fuera serio, profesional y hasta intimidante, era un chico muy dulce y amable. Envidiaba en parte a mi amigo.—Oye, ¿Tienes idea de lo que le pasa a Jeno? Es como si no quisiera hablar contigo.

Lo decía con buena intención. No me podía poner a llorar en medio de una cafetería con gente mirándome, y menos aún estando él presente.

—Eso es porque no quiere...—Le respondí después de unos segundos de autoconvencerme de que no pasaba nada. Bebí de mi café y aclaré mi voz.

𝓁𝑜𝓋𝑒 𝒸𝑜𝒸𝓀𝓉𝒶𝒾𝓁 ~ 𝓃𝑜𝓂𝒾𝓃 𝒻𝒶𝓃𝒻𝒾𝒸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora