V

794 117 26
                                    

El sábado, por suerte, no recibí ningún mensaje de Jeno. Me había despertado tarde y entre el dolor de cabeza, el cansancio, y la cantidad de cosas en las que pensar, simplemente no podía verle.

Pasé todo el día en casa ignorando que el mundo exterior existía, hasta que llegó el día siguiente, en el cual pensaba hacer lo mismo.

Pero ese día sí que me habló. Sólo me había escrito un "¿Cómo estás?", pero igualmente me había puesto nervioso. Primero nos besábamos, me pedía una cita, y ahora me mandaba mensajes. No sería un maleducado, claro que le respondí, pero cuando me preguntó si quería comer con él, me pareció algo menos importante el ser educado.

Lo rechacé de la forma más amable que pude, y apagué el teléfono para que dejaran de pasarme infortunios. Por miedo a recibir otro mensaje, lo mantuve apagado todo el día, hasta que tuve que ponerme un despertador para ir a trabajar al día siguiente. Ese lunes fue el primero en años que preparaba un café en casa.

Sí, no fui a la cafetería. ¿Qué estaba, loco? No iría allí para encontrarme con Jeno y vivir un momento incómodo por haberle dado excusas e ignorado. Sería mejor dejarlo todo de una vez.

Tenía que ser sincero, me gustaba tener la atención de el mayor, y sentirme gustado por él era una sensación increíble, ¡Pero era falso! ¡Y a mi me gustaba otra persona! Era mejor empezar a evitarlo ahora antes de jugar más con sus sentimientos. En el momento en el que descubra una forma de acabar con el hechizo, volveré a verle, me disculparé, romperé el hechizo y podremos ser amigos. Pero mientras tanto, era mejor cortar la relación de raíz.

Mientras desayunaba las tostadas que con suerte tenía en casa, pensé en todo esto para autoconvencerme de no ir a la cafetería y volver a arruinarlo todo. Tenía que hacer las cosas bien y dejar de ser tan cruel con Jeno. Y esa era la mejor forma. Conseguí hacerlo e ir a trabajar como un día normal. Durante todo el día estuve atento al teléfono por si me decía algo, descuidando de esta forma muchas de las cosas que tenía que hacer.

No lo miraba porque quería que me hablara, pero estaba preocupado por si lo hacía y yo no me daba cuenta, porque eso sería ser demasiado cruel... Bueno, ¿no sería más cruel todavía contestarle si me hablaba? Había decidido cortar mi relación con él al fin y al cabo...

Vale, pues estaría atento al teléfono por si pasaba algo, pero si me hablaba Jeno no le contestaría. No hay nada raro.

Tal vez sólo había una cosa rara, y es que Jeno no intentó contactar conmigo en todo el día. Me empecé a preguntar si se habría enfadado, era muy posible. Debería darme igual, así podía evitarle más fácilmente hasta encontrar una solución. Pero, ¿Y si le había pasado algo?

Jeno no se enfadaría conmigo tan fácilmente, y conociéndole estaría preocupado por si yo estoy enfadado, o por si me ha pasado algo, y me hablaría. Pero él no me ha hablado. Eso significa que le ha pasado algo, tenía que llamarlo... ¡No! ¿Qué pasaba conmigo? No le llamaría, no lo haría.

Ni siquiera conocía tanto a Jeno para saber como actuaría. Igual si que estaba enfadado, al fin y al cabo le estaba ignorando... Agh, lo único que sabía es que si seguía pensando en eso acabaría escribiéndole, y no iba a hacerlo por nada del mundo, así que me distraje haciendo mis cosas y aguanté hasta el día siguiente, el cual tampoco fui a la cafetería y desayuné cualquier cosa comestible que encontré en mi cocina, lo cual no era mucho.

Mientras trabajaba, limpiando algunos desastres que ocasionaban los niños y recogiendo juguetes, pude ver a los pequeños jugando en el patio. Siempre me quedaba como un tonto mirándolos divertirse y ser adorables, me encantan los niños.

¿Cómo podía ser tan dulce y gustarme tanto las cosas tiernas y luego estar tratando de esa forma a un pobre chico que yo mismo había embrujado?

𝓁𝑜𝓋𝑒 𝒸𝑜𝒸𝓀𝓉𝒶𝒾𝓁 ~ 𝓃𝑜𝓂𝒾𝓃 𝒻𝒶𝓃𝒻𝒾𝒸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora