𝓁𝑜𝓋𝑒 𝒸𝑜𝒸𝓀𝓉𝒶𝒾𝓁 ~ 𝓃𝑜𝓂𝒾𝓃 𝒻𝒶𝓃𝒻𝒾𝒸

IV

Entramos todos en la limusina. Donghyuck ya estaba dentro, así que nos sentamos con él detrás. Mientras esto ocurría Jeno me miró por tan solo un instante, pero su mirada fue intensa. Ese chico cambiaba mucho según era de día, en la tranquilidad de una cafetería, o de noche, conduciendo un coche de valor millonario. Nunca había estado en una limusina, por cierto. Simplemente era igual que en las películas y como me había imaginado, me hizo sentir tremendamente importante, como si fuera famoso o algo así.

—Vamos a un sitio muy tranquilo, pero más tarde podemos irnos de fiesta de verdad, si os apetece.—Dijo Chenle girándose en su asiento. En ese momento creo que todos nos estábamos preguntando lo mismo debido a su tono algo infantil y adorable y la forma en la que simplemente se giró aún estando el vehículo en marcha; en serio, ¿este chico tenía siquiera edad para conducir? Bueno, al menos todos nosotros menos Jisung. Él más bien parecía estar preguntándose cómo pedirle el número, a juzgar por cómo le miraba.

—Claro, de fiesta hay que salir siempre.—Respondió Donghyuck, animado para salir como siempre.

Un momento... Donghyuck, él, ¿de qué les conocía?

—¿Conocías a Jeno y a Chenle de antes, Hyuck?—Le pregunté y sólo en ese momento Renjun y Jisung se dieron cuenta de ello. Era bastante evidente, ya que vino con ellos primero en el coche y había hablado con el menor de los dos como si fueran amigos de toda la vida. Aunque de todas formas, si alguien era bueno tomándose confianzas, era él.

—Son amigos de Mark.— Me explicó y entonces lo pude comprender. Sabía que Mark no venía hoy con nosotros, pero si ya eran amigos hubiera sido genial quedar todos juntos, y así podríamos conocerle.

Pensándolo mejor, conocer los novios de Hyuck no solía ser buena idea. Simplemente eran tipos aleatorios que no paraban de toquetearle y besarle... y él tan a gusto. No, me ahorraba mucho no viendo eso.

—C-Chenle, ¿sabes conducir?— Finalmente, Jisung fue el que se atrevió a preguntar lo que todos nos cuestionábamos. Ante la pregunta, Jeno se rio. Todos nos hubiéramos reído de la timidez del menor si no fuera porque teníamos verdadera curiosidad por la respuesta.

—¿Yo? No, acabo de cumplir la mayoría de edad. ¿Lo dices por el coche?—Chenle se giró para hablar con el menor, que estaba algo nervioso por la actitud extravagante, aunque adorable, del chino.— Lo tengo para cuando tenga el carnet. Aunque supongo que normalmente llevaré el lamborghini, solo por hoy era una ocasión especial y necesitábamos la limusina.

Preferimos en consenso no decir nada, empezando a actuar como que todos nos sentíamos identificados con lo que decía y, claro, todos teníamos un lamborghini y una limusina para ocasiones especiales. Era lo normal.

—Lele, creo que los estás asustando un poco. Tranquilos chicos, no está metido en una mafia o algo así. Su familia tiene bastante dinero.— Nos explicó Jeno, y todos estuvimos agradecidos por la explicación. A mi al menos no me había asustado, pero es verdad que no sabía muy bien como reaccionar ni qué podía preguntarle.—Y siéntate bien, que es peligroso.

Chenle rio rascándose la cabeza, y se sentó mirando al frente.— Jeno, no actúes como mi padre.— Le dijo, no pude evitar reírme a la vez que los demás, incluyendo al nombrado.—Sí, tengo algo de dinero, perdón por no haberlo explicado antes. A veces se me olvida que es raro.

Realmente no sabíamos si ese chico era un presumido con su fortuna, o si era exageradamente inocente. Parecía lo segundo, por completo, pero era extraño pensar que alguien tan puro e inocente podría existir...

Y lo que era peor, interesarse por Renjun. Joder, tenía que ser justo por él.

Llevábamos ya un rato en el coche, hasta que a través de las ventanillas pudimos distinguir que estábamos entrando en una zona que conocíamos más de la ciudad. La conocíamos precisamente por ser la "zona cara", ya que estaba llena de viviendas de un valor millonario y lujos con los que no podríamos ni soñar, y estábamos entrando en una limusina.