Estaba sobre el techo del camión, acostada y mirando a través de la mira del rifle. Llevábamos cerca de una hora ahí, aún varados; esperando a que Eugene despertara.
—¿Algún cambio? —preguntó Glenn y me levanté.
—No, no saben que estamos aquí. —respondí.
—Es una fantástica noticia para GRECTAM. Una menos fantástica noticia para GRECTAM: el agua se nos acaba. —dijo Tara.
—¿Qué...qué es GRECTAM? —preguntó Glenn confundido.
—Nosotros. —señaló las botellas de agua con nuestras iniciales en la tapa. —Nombre de grupo, solidaridad. GRECTAM. Estoy pensando en tatuármelo en los nudillos.
Glenn la miró serio y yo desde arriba la miré comprensiva. Tanto habíamos dejado atrás y en el caso de Rosita y Abraham, tanto habían perdido, todo para proteger a Eugene y llevarlo a D.C; tanto, para que terminara siendo una mentira.
—Lo siento, sólo trato de pensar en otra cosa.
—Sí, lo entiendo. —le respondió.
Maggie se acercó por la derecha y Rosita por la izquierda. Aún en el techo me agaché para oírlos mejor.
—¿Y Eugene? —pregunté a Maggie y simplemente negó. De cierta forma preocupaba que no despertara, por otro lado, yo era a la que menos le importaba.
—¿Deberíamos llevarlo a la iglesia con los demás? —preguntó Glenn.
—Se pondrá peor si lo movemos. —respondió.
—¿Y qué hará que se mejore?
—Despertar. —me miró con una mueca.
—¿Y Abraham? —miré esta vez a Rosita. Todo el rato se había quedado de rodillas en el suelo, mirando a la nada en el sentido contrario al de nosotros.
—Le llevaré agua, en todo el día no ha bebido nada. —respondió tomando la botella con su inicial. —Toma. —le tendió la botella, pero él ni la miró. —¿Es enserio? Ni mi sobrino de seis años se ponía en estas estupideces.
Con costos terminó de hablar antes de que el pelirrojo golpeara la botella hacia un lado, sin siquiera darle una mirada.
Rosita suspiró y se encorvó al nivel de él. —No hagas esto, Abraham. —dijo con la voz tranquila. —Mírame.
—No.
—¡Mírame!
Él se levantó imponente y Rosita no dio ni un paso atrás, mas sí su tórax en una muestra de miedo. Levanté el rifle. No iba a dejar que le hiciera algún daño, ni Maggie tampoco pues lo apuntó con su revolver.
—Siéntate o disparo.
Ford la miró y luego a Rosita; y obedeció. Bajé mi arma y apoyé el cañón en el techo para dejar caer un poco mi peso sobre el rifle.
ESTÁS LEYENDO
With The Walking Dead's|DARYL DIXON
FantasiBasada en la tercera, cuarta y quinta temporada temporada de The Walking Dead.