XIV. LIBERTAD

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Taehyung sintió una opresión en el pecho, cerca del corazón. Era tan real y presente que por unos instantes creyó que tendría un infarto ahí mismo. Escuchó a lo lejos, ahogado, como si quien lo profesara se encontrará debajo del agua, a la voz de Hoseok llamándolo. ¿Era de esa forma como se sentía?. Soltó el aire de manera desesperada, dolía mucho.

"Hoseok". Susurró intentando abrir la puerta de la camioneta lo más rápido posible. "Maldita sea, abre la puerta, hyung". Le gritó a su mayor. Después podía disculparse.

Seokjin desbloqueo las puertas, Taehyung salió disparado al instante, casi tropezando con sus propios pies al comenzar a correr. De reojo, pudo observar a Jin también bajando de la camioneta. Desde poco antes de llegar a la puerta de la casa de Hoseok, pudo escuchar con más claridad los gritos.

"!No!. Basta papá, por favor. Por favor". Rogaba su hyung con voz desgarradora. Su vista se nubló, todo era rojo para él. El suave y refrescante aroma de menta y pino se volvió inestable, poderoso, peligroso. Estaba tan dolorosamente enojado. Ese sentimiento de querer destruir todo a su paso, lo que lo identificaba finalmente como un alfa salió a flote.

"Cállate, pequeña puta". El hombre no se detuvo aún cuando una estruendosa patada abrió la puerta principal de su casa. En medio de su furia, tomó unas tijeras que estaban en la mesa del centro de la sala. ¿Estaba dispuesto a matar a su propio hijo?. Por supuesto, si él le dio la vida, lo crió, lo destruyó; sería también el indicado para arrebatarle su último aliento. Nadie más, ni mejor que él.

Sin embargo, no pudo completar su cometido. "Alfa, alfa. ¡Ayúdame, por favor!". Dijo Hoseok con un hilo de voz. Se sentía mareado, el miedo lo tenía paralizado y aunque su padre no lo había golpeado tanto como otras veces. El primer golpe en su rostro lo había dejado casi noqueado.

Taehyung lanzó un puñetazo contra el padre de Hoseok. Logró tirarlo al piso, fuera de Hoseok y con él cayendo encima; con las piernas una a cada lado del cuerpo. Comenzó a golpearlo, realmente no sabía hacerlo, jamás en su vida había peleado, pero tenía tanta furia por drenar, que la técnica era lo de menos. Quería descargar todo en su contra, quería que pagará cada miedo, cada inseguridad, cada lagrima que hizo derramar o tener a Hoseok. Lo habría matado ahí mismo, si no fuera porque Jin lo detuvo.

"Basta, Taehyung". Habló Seokjin con voz seria. Lo que menos quería era que su amigo terminará en la cárcel por asesino, aún si el intento de alfa que yacía en el suelo merecía eso e incluso más. Lo comprendió todo, lo supuso desde un inicio pero no podía ser un entrometido sobre la vida de Hoseok. Todo iría a su tiempo. Apenas se conocían pero ya sentía la misma necesidad de protección que sintió cuando descubrió que Taehyung tuvo que valerse sin un padre y una madre real desde los tres años. "Tu omega te necesita, deja a ese infeliz. Vámonos ahora que podemos". Volteó a verlo. Hoseok lloraba, tenía un evidente golpe en el rostro, del lado izquierdo. De su labio corría una fina gota de sangre. Además tenía el cabello revuelto y la ropa desordenada. Seokjin lo sostenía un poco, incluso se atrevió a envolverlo un poco con su aroma, flores silvestres, para que así no entrará en una crisis de pánico.

"A-alfa". Taehyung se levantó del suelo. Ignoró el dolor en los nudillos, consecuencia de golpear a aquel ser inservible. Necesitaba ir con Hoseok, necesitaba consolarlo, necesitaba calmarse.

Quitó suavemente a Hoseok de los brazos de su amigo y lo abrazó atrayendolo a su pecho. Toda su ira bajo parcialmente, ahora solo importaba que Hoseok estuviera bien. Su hyung se escondió justo en su cuello, cerca de su fuente de aroma. Hoseok estaba desesperado por sentir que estaba a salvo, quería dejar de temblar y sentir miedo. Todo estaría bien, quería creer que lo estaría.

"Vámonos, chicos. Está casi inconsciente". Les apuró de nuevo Jin que tomó la maleta más grande. Taehyung sin separarse de Hoseok tomó sus otros dos bolsos, notando que el omega aún tenía aquel curioso diseño rojo que él mismo le había regalado en su cumpleaños.

LAZO [VHOPE] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora