XXV. LAZO II

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Todo el cuerpo le dolía en sobre manera, dormir en el piso en su estado no había sido algo que le sentará demasiado bien. Además de eso, la incertidumbre y el miedo lo habían mantenido despierto gran parte del tiempo, eso hasta que el cansancio hizo de las suyas y terminó por rendirlo. Ahora, la luz entraba por debajo de la puerta de madera, por esa pequeña sección que queda libre entre el piso y la puerta. Sí bien recordaba cuando llegó a esa bonita y gran casa, el sitio donde se encontraba era el sótano.

No estaba atado ni mucho menos, simplemente no podía abrir la puerta pues está tenía seguro, y ya se había cansado, y lastimado, de golpear y empujar la puerta con todas sus fuerzas por lo que supuso fue más de una hora. ¿Era ese su fin?. Ojalá que no, no ahora después de que tenía tantas ganas y cosas por hacer con sus amigos y por supuesto con Taehyung.

Escuchó pasos bajar las escaleras que llevaban al cuarto donde lo mantenían cautivo. Se levantó como pudo del suelo y se sostuvo el estómago cuando un tirón le hizo doblarse de dolor. Era imposible que tuviera un cachorro dentro suyo, así que un celo era la peor de las perspectivas. ¿Por qué estos siempre le atacan en las peores circunstancias?. Era su mala suerte, supuso. Que parecía ser parte de su naturaleza.

"Ya despertaste". Le aseguró el omega pelinegro. Cerró la puerta tras él y metió las llaves dentro de bolsillo trasero de su pantalón. No le puso seguro a la puerta nuevo. Todo bajo la atenta mirada de Hoseok.

"¿Qué hora es?". Preguntó Hoseok para despistar mientras en su mente circulaban varios planes para poder escapar. Se le ocurrían suficientes como para que no muchos parecieran terminar bien, aunque algunos podían tener algo de sentido.

"Más de medio día, realmente no lo sé". Hoseok tomó impulso y sin dudarlo se arrojó contra el omega. Logró tirarlo, eran más o menos de la misma estatura. Sin embargo, Hoseok era algo más delgado y por su estado estaba más débil.

Hoseok se levantó lo más rápido que pudo del suelo y de encima del omega. Abrió la puerta, el cambio de luz lo cegó un poco, a tientas y cerrando un poco los ojos subió las escaleras desesperado. Se tropezó una vez y cayó golpeándose las rodillas pero poco le importó, siguió subiendo desesperado.

Al llegar arriba, vio a su alrededor, en la sala estaba uno de los chicos que lo secuestraron. Estaba con una señora que ya parecía mayor, tenían cierto parecido, así que supuso que era su madre.

"¡JongIn!. ¡JongIn!. Se ha escapado". Gritaron detrás de él. JongIn lo miró sorprendido. Hoseok se echó a correr hacía la salida.

Antes de llegar, justo cuando su mano estuvo a punto de tocar el picaporte de la puerta, alguien lo tomó de la camisa y lo lanzó al suelo en un golpe seco. Todo su cuerpo se estampó contra la superficie de madera.

"¿A dónde crees que vas?". Le dijo desde arriba.

"¿JongIn?. ¿Hijo?. ¿Qué pasa?. ¿Por qué lo tratas así?. Le vas a hacer daño". Habló la mujer preocupada y acercándose a él para ayudarlo a levantarse. Hoseok sintió algo húmedo correr desde la parte de atrás de su cabeza, ahora se sentía más mareado.

"No, mamá. Está bien". JongIn la detuvo. "Es un amigo que me debe algo de dinero, solo queremos darle una lección".

"Le hiciste daño, bebe. ¡Dios mio!. Mira su cabeza, está sangrando". JongIn la detuvo de nuevo.

"Yo me encargó, ve con Cintia al jardín. Seguro necesita tu ayuda con esas flores raras que trajiste". Prácticamente lanzó a la mujer hacía el otro lado, que un poco confundía y preocupada, obedeció.

"Te dije que lo vigilaras, estúpido omega". JongIn le dio un golpe ligero en la mejilla al otro omega. "¿Quieres que le diga a tu alfa para que te castigue de nuevo?".

LAZO [VHOPE] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora