Capítulo 16

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Draco tomó de la mano a Hermione durante el camino de regreso, la joven no se quejó en absoluto de lo que acababa de suceder. Tenía un aire soñador mientras caminaba por el bosque y la sonrisa no se le quitaba de la cara para nada.
Ya que la casa estaba vacía, el rubio insistió en llevarla a su habitación. Justo debajo del marco de la puerta los dos se quedaron mirándose uno al otro, como despedida Draco la beso en los labios tanto como pudo, le estaba costando soltarla, pero la sonrisa de Hermione lo hizo detenerse, ella cerró la puerta lentamente y desapareció en la habitación. Esa noche Hermione Jean Granger soñó con Draco Malfoy.

El día siguiente Hermione estaba preparada para no ver a Draco, ya que estaba peleando con su padre, pero sorpresivamente todo el día estuvo alrededor, aunque no se dirigieron la palabra para nada, él nunca desperdiciaba oportunidades para guiñarle un ojo o sonreir coqueto cuando nadie más estaba viendo.
A los dos les hubiese gustado poder ir a su lugar los días siguientes, pero Elena y Alice estaban ocupadas arreglando la boda que ya no dejaban a Hermione en Paz. Por suerte habían podido escapar unas cuantas veces por la noche. Aquellos encuentros cada vez eran mejor, los dos hablaban de todo y nada a la vez, no se hacían preguntas sobre la locura que estaban haciendo o las consecuencias que podrían tener si los descubrían, solo disfrutaban de los pequeños momentos y los besos robados.
Dia trás dia volvían tanto tiempo como podían y Hermione disfrutaba en exceso esas escapadas. Estaba conociendo a un nuevo Draco, a uno que era encantador. Solía tomarla de la mano y correr detrás de ella entre risas, fingía que odiaba las historias de amor de Hermione pero en realidad le encantaba tumbarse a oírla hablar. La cuidaba hasta de las hormigas y no desaprovechaba ningún momento en el que ella se descuidara para besarla o hacerle cosquillas.
A veces la castaña se recostaba en su pecho mientras él jugaba con sus cabellos castaños que brillaban con el sol. Se habían quedado dormidos en el cesped más de una vez, parecía que ambos se sentían muy en calma en la presencia del otro.
Ninguno de los dos hablaba de lo que estaban haciendo, ni siquiera sabían que eran, pero conocerse de la manera en que lo estaban haciendo los estaba afectando a los dos. Hermione ya se estaba acostumbrando a las tantas groserías que soltaba Draco y él solo reía cuando ella arrugaba la cara si escuchaba algo inapropiado. Con Draco era libre de usar lo que quisiera, no le importaba si llevaba corset o no, tampoco como peinaba su cabello, de todas formas él se lo alborotava mientras la besaba.
En las comidas cuando Alice o Lucius mencionaban a Theo, Draco rodaba los ojos, al parecer ninguno de los dos se estaba dando cuenta que día tras día de convivir estaban desarrollando algo más que cariño por el otro.

Cuando Draco tenía que trabajar, ella se pasaba el día aburrida a la orilla del lago, esperando que por arte de magia se le terminaran los deberes a su compañero de aventuras, pero no podía ser así.

Entre una de las visitas de Luna, su amiga, se dio cuenta de que conocía mucho más a Draco que a su propio novio y eso de verdad que la confundía más.

-¿Qué color vas a usar en las flores el día de la boda?- preguntó Luna.

-No lo se, mi madre está viendo todo eso-

-¿Theo no prefiere algún color?-

-Supongo que no le importa- Luna negó con la cabeza.

-Claro que le importa. Deberías usar su color favorito en las flores- Hermione se quedó pensando -¿cuál es su color favorito?-

-Verde, como el de las manzanas se se come todos los días- respondió con una sonrisa.

-Nunca en mi vida he visto a Theo comer manzanas, que raro- Hermione se quedó quieta mientras seguía pensando.

-Las come todo el día, es irritante porque nunca me deja una sola. Ayer por ejemplo, me dejó muriendo de hambre porque se comió todas las manzanas- Luna abrió la boca confundida.

Dangerous Love ||Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora