𝑨𝒓𝒂𝒃𝒆𝒍𝒍𝒂 ©| Carl Grimes

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Arabella:

Alexandria era mucho más grande de lo que me pude imaginar en cualquier momento. Casas, o mansiones mejor dicho, eran lo que ocupaban las calles. En cada una, habitaban una familia o pequeño grupo de personas.

Rick me había llevado a la enfermería donde una mujer llamada Denise me atendió mientras él solamente de fue. En el lugar se encontraba un hombre herido en la camilla. Denise lo estaba atendiendo, ya que fue atacado.

Descubrí que el hombre que me ataco en el bosque hace semanas, era del mismo grupo que había invadido Alexandria con el propósito de matar a todos. No lo consiguieron, sin embargo, si consiguieron varias muertes y heridos.

—Tu brazo me viene de maravilla para practicar— Comentó Denise mientras me preparaba el brazo para los puntos. Quitar los que tenía antes me dolió como nada, pero ahí estaba mi brazo izquierdo, abierto de nuevo.

No quería que Evelyn se separara de mí, pero me convenció de que iba a dar una vuelta para ver cómo estaban todos. Parecía que se había integrado rápido al grupo. Sabía que era por su manera de ser. Era simpática y muy social. Aunque siempre le reprendía por ello. No debía confiar en todos por muy amables y simpáticos que fueran.

— ¿Tú no eres... medica?— Realmente no tenía ganas de conversar pero la tensión y presión que había estado sufriendo Denise por el ataque, me vi un poco obligada en hablarle de algo.

—E-estaba por terminar los estudios como psiquiatra. Nada relacionado con lo practico—Habló—Antes teníamos nuestro medico pero él...

—Entiendo—Interrumpí antes que dijera la palabra que no quería pronunciar. —Mi... papá... era medico también. Me enseño varias cosas durante estos años.

—Es decir que podrías hacer esta sutura mejor que yo— Dijo con una sonrisa.

—En el brazo de alguien más, tal vez. En el mío está claro que no— Respondí, sin intención de hacer el comentario irónico. Pero Denise sonrió. Parecía muy inocente a lo que sucedía afuera. Como era realmente la gente afuera. Aunque no me mostré tan dura, sino un poco abierta, ella no pareció desconfiar de mí ni un segundo.

Cuando hablaba de un gran corte, me refería a uno de maso menos quince centímetros, pero no tan profundo. Mientras Denise me lo trato, volvió a sangrar pero ya todo estaba resuelto. Sufrí con ello al tener que desinfectarlo y etcétera.

Ahora me encontraba saliendo de la enfermería. Anteriormente cuando Rick me dejo, me aviso que lo esperara ahí mismo que volvería para ubicarme y hacerme algunas preguntas. Espere unos minutos, en los que otra mujer se presentó como Tara y solo hablo con Denise. Así que tomé ese momento para poder retirarme.

No estaba ubicada para nada en la comunidad por lo que solo salí hacia la izquierda y camine en la larga calle. Observe cada uno de los recintos, mire el cielo, mis sucias botas, porque aún no me había cambiado, solo curado el brazo. Cada algunos metros, en la acera observe que había manchas de sangre.