Todos tenemos pesadillas
¿Y tu peor pesadilla?
Arabella sabe que sus peores miedos son reales e inevitables
¿Y si encuentra algo más en la pesadilla? ¿Y si encuentra a ese alguien en el caos?
𝐉𝐮𝐬𝐭 𝐦𝐢𝐠𝐡𝐭 𝐡𝐚𝐯𝐞 𝐭𝐚𝐩𝐩𝐞𝐝 𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐲𝐨�...
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Arabella:
Cuando llegamos a Alexandria, definitivamente hubiera preferido no hacerlo. No fue el hecho de los regaños por salir de noche cuando sabemos que hay otros grupos peligrosos cerca de nosotros.
Denise había muerto.
Un grupo de esos salvadores los atacaron y asesinaron a Denise. Eugene resultó herido por el rocé de una bala, pero estaba mejor.
Estaba sentada en la enfermería en posición fetal, intentando procesar que Denise no volvería a pisar la enfermería y que no volveríamos a tener ninguna conversación. No nos ayudaríamos mutuamente cuando alguien resulte herido ni me explicara complejas intervenciones que estudiaba. Solo quedarían los recuerdos de ella deambulando por esta misma enfermería. Podía llorar por ella, pero la diferencia esta vez es que no quería.
No fue el único problema cuando llegamos, los salvadores vendrían, era lo más probable después que matáramos a todos en uno de sus recintos o lo que mierda fuera.
Deberían mantener la guardia en alguno de los puestos, pero sentía que la enfermería era el mío y al mismo tiempo quería salir y nunca más volver a entrar.
Perdí el tiempo recostada en la silla mirando solamente el piso, con la única presencia de Eugene que dormía en el cuarto. Mis pensamientos fueron interrumpidos por la llegada de Enid.
—Oye.
—Hey...—Saludé a la castaña levantando la vista del suelo solo un segundo para mirarla.
—Maggie nos llamó, te estaba buscando.
— ¿Le pasó algo?
—Solo nos necesita— No me moví o dije nada al respecto. Enid se agachó en frente mío y no me quedo otra que mirarla.
—Siento lo de Denise— Dijo Enid.
—Yo también— La castaña se levantó y me tendió la mano para que haga lo mismo. Indecisa, relamí mis labios y tomé su mano para pararme. Era inútil ahí sentada y odiaba ser inútil. Rodeó su brazo por mis hombros y beso mi mejilla. Fue una muestra de afecto muy repentina y poco común de Enid, por lo obviamente me ruborice un poco y fuimos camino a la casa de los Rhee.
Maggie nos abrió la puerta y nos dejó entrar, dejando una leve caricia en mi cabello cuando pasé.
***
Lo que necesitaba Maggie era un cambio de look. Se lo dejo corto. Yo también corte las puntas de mi flequillo que últimamente lo dejaba detrás de las orejas.
—Me gusta— Dijo Enid cuando terminó.
—A mí también, tal vez te lo copie— Maggie miraba en el espejo su nuevo corte.
—Pero, ¿Por qué? — Preguntó Enid
—Tengo que continuar. Y no quiero que nada se interponga en mi camino— Dejó el espejo sobre la mesa y su expresión cambio notablemente.
