una reina de verdad

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El cabello de zein era hermoso, luego de las terapias hormonales no paró de crecer y en poco tiempo le llegó hasta la cadera, mas brilloso y saludable que nunca. Caía delicadamente en bucles dorados que enmarcaban perfectamente su rostro de porcelana.

— trenza mi cabello.

Ordenó bruscamente a uno de sus sirvientes, el cual se posicionó detras de él para comenzar con su labor. Acarició superficialmente las suaves hebras y las repasó con un peine de plata.

— Su Majestad, su cabello es precioso.

Pero zein no respondió, en su lugar ojeo un catálogo de moda que el mayordomo real había traído para él. el contenido no era de su agrado, la mayoria de las piezas para shures se componían de ropa sombría y recatada, los accesorios se limitaban a una excesiva línea de enlazadores y pequeños adornos para el cabello de tela. Frustrado, lanzó el catálogo a la chimenea y lo vio arder detenidamente.

— pura basura ¿donde encontraste algo tan horrible?

Zein increpó al mayordomo el cual pertenecía a una larga e inisterrumpida línea de servidores reales, practicamente había nacido para ese puesto. Servir al Rey era su orgullo y derecho, sin embargo este lo había apartado para darle una tarea que el mayordomo consideraba indigna, atender a la reina.

Por oden del Rey, su único propósito era mantener a la reina contenta y cumplir hasta su último capricho. Luego del encuentro con el rey, Zein tenía un humor de perros, descargaba su furia en los sirvientes dando ordenes odiosas, entre ellas quemar el guardarropa real y remplazarlo por completo.

— Su Majestad, le aseguro que esta es la última colección del deseñador mas famoso de todo Criegthem.

Con un poco de esfuerzo zein logró recordar que "Criegthem" era el nombre de su propio reino. Lo quisiera o no, seguramente su estancia en aquel planeta sería prolongada por lo que decidió ponerse cómodo, por ello ajustaria el palacio a él, empezando por su absurda vestimenta.

— ¿el mas famoso? No lo creo... recuerdo que durante el día de la cosecha los soldados trajeron todo tipo de joyas y atuendo coloridos, no había ningúna de esas prendas sosas que me mostraste.

El mayordomo suspiró, zein le parecía ridículo y supercifial, indigno de la realeza, pero su belleza era tal que comprendía a la perfección por que el rey lo había escogido. No obstante, la belleza no es suficiente para un cargo tan elevado, él carecía de los modales y la magnificencia que se espera de un miembro de la realeza, debían educarlo correctamente lo mas pronto posible, antes que dejara en ridículo a la familia real.

— su Majestad, aquella era ropa indigna, fue creada especialmente para el día de la cosecha.

— traeme un catálogo de ese tipo de ropa.

Zein pasó por encima de las palabras del mayordomo, quien rio disimuladamente, sacó de su bolsillo otro catálogo idéntico al anterior y expuso el contenido con orgullo.

— su Majestad, entienda por favor, aquellos eran atuendos de shures solteros, pero ahora usted está casado y no con cualquiera, es la pareja del Rey.

— ¿y que?

— un shure casado que se respete no puede mostrarse así en sociedad... comprendo, Su majestad, aún es joven e ignorante de nuestras costumbres, pero no se preocupe, nosotros lo guiaremos por el camino correcto.

Zein le arrebató el catálogo de las manos y lo lanzó al fuego. No le gustaba la actitud del mayordomo, es más, le desagradaba demasiado.

— no necesito una guía, haz lo que te ordené.

Saturno necesita pasivos (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora