Saturno necesita pasivos (BL)

¿que mierda estás haciendo?

La delgada figura de Oliver caminaba nerviosamente hacia la entrada del palacio real, intentaba ordenarse el cabello pero su descontrolada melena no tenía arreglo posible. Wheren detuvo las manos de su pareja y las besó con cariño.

- deja de jugar con tu cabello, todo estará bien.

Oliver se sonrojó y le regaló una tierna sonrisa a su pareja, se aferró a las fuertes manos y se las llevó al pecho dejando que wheren escuche el agitado latir de su corazón.

- ¿y si no consigo hacerlo entrar en razón? Él tiene miedo y está desesperado, ese es el combo de los errores de vida.

Wheren suspiró pesadamente, detestaba que oliver estuviera tan perturbado, en su estado solo debería haber tranquilidad y amor rodeandolo, no los dilemas personales de la realeza.

- Hablaré con kenner ¿de acuerdo? Le diré como se siente Zein y se retractará - acarició la suave mejilla de oliver y depositó un tierno beso en sus labios - confía en mi.

A wheren no le importaban los problemas maritales de su amigo el rey, pero Oliver le había pedido intervenir ¿que otra cosa podía hacer? Si su hermoso shure embarazado quería que metiera las manos en asuntos reales... eso es justo lo que haría.

- ¿crees que funcione?

Wheren suspiró hondamente mientras exploraba las posibilidades, con un poco de esfuerzo encontró las únicas palabras capaces de calmar el inquieto corazón de su pareja. Sus pulgares frotaron las suaves mejillas de oliver con ternura.

- Ningún hombre quiere que su shure sea infeliz.

Oliver era tan hermoso, sus enormes ojos verdes lo miraban expectantes. Los pesados marcos de sus lentes se resbalaron lentamente hasta la punta de la naríz, encaminandose al borde del precipicio. Con sumo cuidado, el dedo índice de wheren deslizó las gafas hasta su lugar original, rozando superficialmente la extensión de su nariz. El inesperado toque ocasionó que un extraño hormigueo recorriera la nariz, así como un ligero cosquilleo en el interior, una sensación similar a lo que un estornudo podía evocar. oliver se cubrió el centro el rostro avergonzado y se apartó un poco, necesitaba distancia para calmar su corazón. El capitán cortó la distancia rodeando la cintura de Oliver, atrayendolo hacia sí y depositó un beso fugaz en su cuello por encima del enlazador.

- detente, estamos en el palacio.

El shure se quejó por tal muestra descarada, pero wheren ignoró la llamada de atención y se limitó a frotar la cintura delgada con sus pulgares para tranquilizarlo.

- ¿y que si estamos en el palacio?

- alguien nos puede ver.

Wheren sonrió por la timidez de su pareja y le propinó un beso en la oreja y le susurro lentamente mientras le frotaba el vientre gentilmente.

- Soy un hombre afortunado, ¿no puedo presumir un poco?

Oliver se sonrojó furiosamente y reuniendo su valentía, estiró sus pies hasta estar de puntitas y le dio un beso en la mejilla.

- yo también soy afortunado.

La dulzura sutil de Oliver, llevaba a wheren a los límites. Quería levantarlo y cargarlo de vuelta a su casa, recostarlo sobre sus sábanas y amarlo tanto como para aplazar su reunión con el rey indefinidamente... pero eso no era lo que Oliver quería, él necesitaba ayudar a su amigo. Wheren respiró hondo, liberó a oliver de su agarré pero tomó su mano giandolo por la recepción.

Rápidamente consiguieron asistencia, un mayordomo escoltó a oliver hasta los aposentos de Zein, mientras wheren se dirigía a donde bien sabía, su estúpido amigo seguramente estaría. Estaba furioso, si no fuera por la ineptitud de el Rey Kenner, él podría seguir disfrutando de su luna de miel con Oliver, pero no, tenía que verle la cara a ese imbécil y para colmo solucionar sus problemas maritales.