Capítulo 2

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Parte 1

AGLYNTHOR - CAPITAL DE THRIN THERAS

En uno de los tantos sectores de gran tamaño que conforman la mansión Neo Génesis, uno en particular, se podía distinguir alguna clase de piscina temperada que ocupaba casi la mitad del lugar y se extendía a lo largo, de un extremo a otro.

Las columnas de mármol que se encontraban al interior y los pisos relucientes, que fácilmente podían reflejar con claridad todo lo que pasara por encima, daban una impresión de majestuosidad propia de un palacio real.

A un lado se podía observar en fila, duchas, las cuales estabas separadas por delgadas paredes y con finas cortinas corredizas que cubrían cada entrada; y al costado de las duchas un tocador de gran longitud frente a un espejo del mismo tamaño.

En el ambiente se podía notar el vapor proveniente de aquella piscina, que casi se podría comparar como aguas termales.

Se podría decir que el lugar estaba vacío, de no ser porque había una sola persona que se encontraba al interior de la piscina, cuya altura de agua no era mayor a poco más de las rodillas, si se toma como referencia a una persona de pie.

Se trataba de Jayla, la joven de cabellera rosa, quien se encontraba reposando en un rincón, su esbelto y jovial cuerpo desnudo era cubierto por las tibias aguas hasta por encima de sus pechos, mientras apoyaba la espalda en el fino mármol que contenía al agua.

La joven tenía la cabeza levantada ligeramente mientras mantenía los ojos cerrados, solo un pequeño palillo sostenía su cabellera recogida en forma de un moño.

Su apariencia hacía aparentar que se encontraba en un momento de relajo, manteniendo en blanco su mente; sin embargo, en aquel momento por su cabeza pasaban los recuerdos del enfrentamiento que había tenido esa misma noche, horas antes, con Milo.

Las escenas pasaban por su mente en forma secuencial, hasta el momento en que el joven había realizado ese extraño hechizo que hizo que su cuerpo se cubriera con una oscuridad inexplicablemente aterradora, y posteriormente el momento en que con ayuda de esto Milo logró agrietar aquel poderoso blindaje mágico que había usado la joven. Al instante, Jayla abrió los ojos, manteniendo la vista hacia arriba.

– ¿Es posible algo como eso? – se preguntaba. – Eso definitivamente debe ser alguna clase de hechizo prohibido de la magia negra. No puedo imaginarme otra cosa. Pero eso no debería ser así, solo es un simple criminal.

En aquel momento otra imagen se cruzó por su cabeza, el preciso instante en que Milo se acercó a ella para quitarle del cuello la bufanda que traía puesta. Lo cerca que había puesto su rostro al de ella.

– ¿Heh? ¡Pero qué...! – al instante sacudió la cabeza de un lado a otro como negando cualquier idea que pudiera venir a causa de la última imagen. – Por qué se me... – la imagen del rostro de Milo volvió a presentarse en su cabeza, haciendo que esta vez sonría con una combinación entre vergüenza y fastidio – ¿Heeeh?

Para cuando terminaba sus ideas confusas, Jayla sintió que alguien había ingresado al lugar, su postura volvió a ser la serena y relajada de siempre.

– ¡Oh vaya! No esperaba encontrarte por aquí tan tarde – la voz que le habló a Jayla fue una muy familiar.

La persona comenzó a caminar, descalza, hasta llegar al borde de la piscina para luego ingresar a sentarse a un costado.

Se trataba de Jane, que traía una toalla cubriendo su figura desde la altura de sus pechos hasta poco más debajo de su entrepierna.

– De haber sabido que venías, no hubiese estado aquí, créeme – respondió Jayla.

Astra Vol. 04Donde viven las historias. Descúbrelo ahora