Capítulo 9: Cariño, estoy justo aquí.

516 54 9
                                    







Tae era un chico muy introvertido, desde que el recordaba era muy burlado en su escuela, su madre nunca estaba y su padre no le daba la atención que necesitaba, con tan solo 13 años, se peleaba con cualquier persona que se le cruzará y siempre estaba golpeado; las maestras siempre lo regañaban y constantemente estaba en castigo.

Un día cualquiera, cuando se disponía a escapar de esa miserable escuela. Se topó con cierta chica delgada y alta, ella intentaba escapar también;por lo que veía. Alzó una ceja y miró como inútilmente ella se trepaba por el barandal, que era fácil se escalar. Observó que llevaba unos mocasines limpios, y su uniforme impecable, también tenía un perfecto peinado de trenza, era muy lindo;pensó el.

Se situó a su lado y fue testigo de como ella caía de trasero, la miró despectivo y sin hacer mayor esfuerzo se subió dando dos largos pasos hacia arriba, la chica quedó asombrada y rápidamente le gritó al verlo que se íba.

-. ¡Espera! - Gritó, pero el seguía caminando ignorandola. - Dije que esperes niño. Te doy  100  wones si me ayudas a pasar.

Entonces se detuvó y esperó a que ella diera otra oferta más, para así girar.

Giró los ojos al ver sus intenciones.- Y mi almuerzo que traígo.- Entonces y solo entonces giró toda su anatomía. Entonces el sol alumbró como una suave cortina el rostro de aquella chica, se quedó cegado al ver su hermosa piel brillar como nunca, y su cabello bailar sobre su rostro. Su delicada mano se posaba en su frente por lo fuerte que estaba el atardecer.

-. Entonces, ¿me ayudarás o no?- Desespereda por salir de aquel lugar, donde sus padres la habían mandado, por ser tan malcriada.

Este salió de su transe y camino hacía ella, ahora sintiéndose un inútil.
Subió de nuevo y cayó, justo en frente de ella, se sintió tan mareado al ver sus grande ojos de cerca y sus labios gruesos;con un levé brillo en ellos.

- ¿Y? ¿No dirás nada?- Movió su mano, frente a el y este reaccionó.

-. Tienes que...- Aclaró su garganta al ver que había salido un gallito indeseado.- Tienes que poner tu pie en mi mano y te alzaré, sontenté de mi hombro y tienes que subir rápido y saltar, sin miedo okey.- Casí se arrepentía de decirle que saltará sin miedo, ya que el terror estaba impregnado en ellos.

Asintió y ella se alzó al poner su pie en la mano de aquel chico. Pero...

Al sentir que estaba arriba se asustó y gritó.

-. ¡No! ¡no puedo!-

Tae solo levantó la cabeza para ver como caí encima de el.

Quedó ella encima de el y éste cerró sus ojos por el impactó. Al abrirlos ella estaba sobándose su cabeza y sus ojos se encontraron, de inmediato la conexión inevitable se produjo.

La chica tenía sus manos en los hombros de el y el la mano en su cintura.

Fue como si una fracción de segundo su hilo rojo se hubiera conectado.

Sin saber que el destino, tenía preparado otros planes para ellos dos.









...









Lisa sostenía su bastón, mientras se mecía hacia adelante y hacia atrás esperando a Jungkook. La brisa pasaba por su cabello corto castaño, mordió su labio desesperada, odiaba esperar. Siempre íba puntual a la citas, odiaba que llegaran tarde.  Odiaba a la gente de hecho, de solo recordar lo inservible que podía llegar hacer la humanidad para el mundo, llenaba su corazón de impotencia. Ya se estaba llenando de pensamientos negativos, cuando sintió unos brazos enredarse en su cintura delgada y como alguien la alzaba, ella rió por las cosquillas y gritó al sentir las vueltas.

Al ser depositada en el suelo, sintió un pecho, frente a ella. Sabía que era el.

-. Me asustaste, tonto.- Sonrío y sintió el cálido calor que la abrazó. Desdé que el la había besado por primera vez, ella pudo sentir un calor inexplicable, su mente y corazón pedía de el. Su mano viajó a su corazón y sintió sus latidos acelerados.

- . Hola, hermosa.-  Jungkook, podía ver que ella estaba pensando. Se mordía el labio y movía su cabeza a un lado. Entonces ella posó su rostro en su pecho, y éste se tensó. La abrazó y ella llevó sus dos brazos al rededor de su cintura. Jungkook enterró su nariz en su cabello y lo inhaló. Su dulce aroma lo embriago y era como si viajara a otra galaxia. Sin poder evitarlo se separo de ella y tomó sus mejillas, las posó en sus manos y sus enormes ojos brillaban, la examinó y pequeñas cicatrices, estaban en sus párpados, también tenía en su rostro, eran pequeñas; pero estaban allí. La mano que sostenía una mejilla, viajó a sus ojos y los tocó delicadamente,  mientras ella los cerraba, también pasó por sus mejillas, con las cicatrices  que seguramente seguían en su corazón, debió haber sido algo tan doloroso. Pasó por sus labios y alejó su mano y depositó un suave beso, tan delicado como una rosa. Después viajó  a sus cicatrices para dejar otro beso más, con los ojos cerrados; beso más despacio sus ojos y pudo sentir algo salado salir de ellos. Sus narices quedaron juntas y el seguía sin abrirlos.

-. Cariño, estoy justo aquí, no debes guardar nada más, seré sincero. Contigo siempre, se lo conmigo, me duele verte mal, se que lo estás.- Lisa negó, por suerte no había nadie más y solo ellos estaban, justo en la entrada de la fraternidad.

-. Tengo miedo... Tengo tanto miedo, estoy llena de tanto, tanto que siento que me hunde.- Jungkook tomó de nuevo su rostro y ella negaba.

Estaba entrando en pánico.

-.Escúchame Lisa, escúchame. Quiero que me escuches si, no debes cavar tu propia tumba, ya no más. Ahora me tienes a mi, linda, amemonos, enamoremonos. Yo cargaré con tu peso que tanto has llevado, estaré contigo desde la noche hasta el amanecer. No debes estar sola, núnca más. Tu eres lo que buscaba.- Lisa se asombró por todo lo que decía, sabia que lo decia de verdad. Había escuchado rumores de el, unas amigas decían que era el más mujeriego de la ciudad, que era un chico para nada con los compromisos. Y que se había acostado con cualquier chica que se cruzará. Se lamentaba que sus amigas estuvieran enamoradas de el, después de decirles que estudiaría en esa universidad, le advirtieron de el. Después cuándo su padre le dijo que un nuevo vecino se había mudado, le dijo que supó que se llamaba Jeon Jungkook, sintió asco. Y más cuándo ella salía y escuchaba como le tomaba fotos.

Ahora, sabia que nunca debía haberle hecho caso a todas esas mentiras.

Cuando el literalmente estaba entregando su corazón a ella.

-. Jungkook...- Susurró y suspiró. - Intentemóslo.















❄DESDE MI VENTANA❄(LISKOOK)L.K PAUSADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora