—La despides y yo renuncio. ..— Le informo a Naraku mientras me paro a los pies de la cama. No debería haber contestado el teléfono, pero supuse que querría disculparse.
—Aunque te casaras con ella, seguiría siendo una violación del código de honor. ..— insiste el tonto.
—No me di cuenta de que era un estudiante.
—Se aplica a todos en la universidad. Tu reputación va a recibir un golpe.
—Hermano, mi reputación podría estar en el suelo, mi proyecto de investigación en llamas, y un meteoro estrellándose en la tierra, y aun así no la dejaría. ..— cuelgo y tiro el teléfono a un lado. Mientras saco el árbol de Navidad iluminado, Rin suspira y mira al suelo como si fuera su culpa.
—Nos vamos a casar. ..— anuncio.
Hace una mueca. — ¿Ese es el trato que hiciste con Naraku?
—No. — Me quito la camisa y me pongo los pantalones. —Es el trato que estoy haciendo contigo. O te casas conmigo o no más de esto... — Me tomo la polla en la mano.
Se le escapa una risa apagada. — ¿Me estás amenazando? ¿O me chantajeas?
— ¿Ambos? ¿Las dos cosas? ¿Está funcionando?..— No tengo mucho plan aquí. Solo quiero hacerle el amor a Rin y hacer mi investigación. Puedo hacer lo último en cualquier lugar.
—Tal vez... — Levanta la cabeza lo suficiente para ver bien, y una pequeña luz malvada aparece en sus ojos —. ¿Qué más propones?
— ¿Además del matrimonio? Nada. Es todo o nada, cariño.
—Lo quiero todo... — declara.
—Buena chica. Deslízate sobre tus rodillas y abre la boca... —Hace lo que se le dice —. Aplana tu lengua y abre bien la boca.
Su mandíbula cae, y si es por sorpresa o por obediencia, no me importa. Es una apertura y la tomo. Deslizo mi pesado peso a lo largo de la superficie resbaladiza de su lengua, penetrando en los huecos húmedos de su boca. Sus labios rozan las sensibles membranas de mi eje, y mis ojos se deslizan hacia la parte posterior de mi cabeza. Sus manos se extienden para agarrar mis caderas.
—No. —.. Doy una severa sacudida de mi cabeza. No hay manera de que pueda durar si me toca —. Manos detrás de la cabeza. .. — ordeno.
Ni siquiera sabía que estaba metido en esto, pero verlo de rodillas con las manos ahuecando su propio cráneo, su boca envuelta alrededor de mi polla, la postura sumisa, dispuesta a tomar todo lo que tengo, casi me deja tirado.
—Vas a ser una verdadera personita obediente para mí... — Las palabras salen a la luz —. Te voy a decir lo que tienes que hacer, y no tendrás que pensar ni por un momento.
Gime, y tengo que bloquear mis rodillas antes de empezar una lenta entrada y salida de su boca. El fuego azota mis venas como un látigo dorado. Cada vez que me toca, me une más. Era suyo desde el momento en que entró en mi oficina, pero cada vez que nos tocamos, nuestros lazos se estrechan más. Nada puede separarnos ahora. Ni el decano, ni la universidad, ni siquiera la ciencia misma. Seremos uno para siempre.
—Abre tu garganta, nena. Va a ser difícil, pero lo lograremos... — animo. Le agarro la barbilla y le acaricio la mejilla abultada con el pulgar. — ¿Necesitas que me retire? ..— Arruga su nariz en un rechazo mudo. Me acerco y ahueco su cuello para brindarle algo de apoyo—. Tómalo con calma, chico. No intentes tragarlo todo de una vez. Abre para mí. Si haces un buen trabajo aquí, te daré una calificación aprobatoria.
Gime de nuevo, y una de sus manos cae entre sus piernas.
—Nada de eso... — gruño—. Ese lugar es mío y solo mío . ¿Te dije que podías tocarte?
Sacude la cabeza y sus dientes raspan mi polla. Tengo que morderme el labio hasta que pruebo la sangre para controlarme, pero es casi demasiado tarde. Puedo sentir el orgasmo construyéndose, presionando mi columna. Me salgo.
— ¡Espera!.. — protesta, extendiendo una mano para tratar de agarrarme. Me alejo girando —. No había terminado. ..— hace pucheros.
—Tu coño necesita atención. Eso es mío ahora. No puedes tocarla a menos que te lo diga. Sube a la cama y abre las piernas. .— La vuelvo a poner en la cama y le saco el suéter por la cabeza —. No puedes usar nada que muestres tus pechos en el futuro. .— Arrugué la maldita cosa en una bola y la tiré en una esquina.
—Era mi suéter favorito. ..— se burla.
—Ponlo en un osito de peluche y disfrútalo de esa manera... — Le bajo el pantalon y la ropa interior y luego lo empujo hacia atrás. —Es hora de comer.
Sabe a sidra especiada, caliente, picante y embriagadora. Encojo mis dedos en su apretado culo y los separo para dar paso a mi lengua merodeadora. Luego sigo lamiendo su clítoris y voy intercalando con sus labios vaginales. Podría comerlo todo el día y toda la noche y nunca me cansaría de ella. Sus talones se clavan en mi espalda, y su pecho se agita mientras jadea por aire. Agarro uno de sus senos hermosos y le doy un masaje. Esta es la vida. La perfecta y placentera vida que ni siquiera sabía que necesitaba o quería hasta que apareció Rin. Grita mientras el orgasmo se apodera de ella. Sus fluidos calientes se derraman en mi lengua. Me levanto y la penetró justo cuando la siguiente ola se apodera.
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ASISTENTE
Short StorySesshumaru es el jefe del departamento de investigación de la prestigiosa universidad japonesa, Rin es una estudiante modelo de bajos recursos quien consigue dar el con el empleo dentro de la camara de investigación, un puesto importante e intimidan...