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Marco                  |                    Arabia

Bebé
¿Vamos a comer hoy
a la casa oriental
con el Chino?

Voy a llegar un
poco tarde hoy
Guapo
Pero si me esperas
si

Si, te espero en casa de
mis papás.
De ahí pasamos por el gordo
Y el Chiquete.

Va

Casi eran las cinco de la tarde, estaba saliendo del Tamarindo y a Culiacán hacía casi cuarenta minutos y Marco estaba esperándome para comer, sabía que él ayer no había dormido mucho porque se había ido de la casa a con sus papás cerca de las tres de la mañana así que probablemente no había desayunado.
Ya por fin había llegado mi coche de Guadalajara, tenía una camioneta Porsche Cayenne Turbo Coupé, Marco se había vuelto loco la primera vez que la agarró, había dicho que corría mucho aunque yo no le pisara como él.
Llegué en media hora a Culiacán, me estacioné frente a la casa de mi suegra y me bajé del coche. Toque el timbre y me abrió Mayve, era la única persona de la familia que no me quería y lo hacía notar demasiado.

-Marco, ya llegó tu novia -rodó los ojos y me dejó pasar.
-Hola señora -saludé a mi suegra.
-Arabia, que milagro hija -me abrazó. -tienes que venir a verme más seguido.
-Claro que si señora, en cuanto pase mi examen profesional me voy a dar unos meses de descanso antes de comenzar a estudiar para el de las residencias -
-Preciosa -escuche a Marco.
-Hola, guapo -lo saludé con un beso en la mejilla.
-¿Nos vamos? -preguntó y yo asentí.
-Mañana vengo señora, para ir por un café o algo -
-Aquí te espero, hija -

Marco y yo salimos de la casa y abrió la puerta del conductor.

-Maneja tu -le dije.
-¿No quieres manejar? -
-Noup -caminé hacia el del copiloto y me subí.

Prendió la camioneta y condujo hacia la casa de Carlitos. Nos paramos y le tocó el claxon para que saliera, no se tardo más de tres minutos en salir de la tienda y subirse en el asiento de atrás.

-Hoy tocó en la perrona, por lo que veo a la vrg -
-Aquí la patrona nos la prestó -se rió Marco.
-Ah Ary -me tocó el hombro.
-Aquí Marquito que no la quiere agarrar -
-Si la agarramos como no, -me agarro la mano y la puso sobre su pierna. -lo prestado jala más.

Pasamos también por el Chiquete y fuimos a la casa oriental.

-¿Estas bien, preciosa? -me preguntó.
-No me había fijado en la fecha, es tres de octubre pero después te digo -

Dejamos que ellos se adelantaran y Marco me detuvo.

-Vamos, de verdad -estiré un poco su mano.

Él avanzó aunque no de tan buena gana. Nos sentamos en la mesa que ya habían apartado los demás y nos dejaron la carta.

-Oye Ary, ¿que hacen tus papás a la vrg? Que traes una pinche trocona y con todo y factura de agencia -preguntó el Chiquete.
-Mi papá tiene una firma de abogados en Guadalajara -me encogí de hombros. -tiene buenos clientes.
-¿Y tú mamá? -preguntó Carlitos. -nunca la haz mencionado.
-Mi mamá... ella... ella falleció hace algunos años -me encogí de hombros y revolví mi Coca Cola un poco con el popote.
-Lo siento mucho, no sabía, perdón -se disculpó Carlitos.
-Pinche morro vrg -dijo el Chiquete.
-¿Es eso? -preguntó Marco y yo asentí.
-Mañana es su aniversario -él de acercó y besó mi cabello.

Alex llegó dos minutos después con el Jaimico. Mi amigo se sentó al lado mío y Marco rodó los ojos y quitó su mano de mi respaldo.

-¿Como estas? -me preguntó Alex.
-Bien gracias -sonreí.
-Que bueno -después volteó a ver al Chiquete. -¿donde está el Vicoli? Me dijo que ya venía.
-¿Para que vrgs quieres al Vicoli? Si ya tienes a mi novia a la vrg -

Marco se paró y caminó afuera del restaurante, todos nos quedamos callados y se me quedaron viendo a mi. Yo me puse de pie y lo seguí afuera.

-¿Que te pasa, Eduardo? -le reclame.
-¿Que chingados te traes con el Hurtado, eh? Todas esas miraditas y saluditos me tienen hasta la vrg -gritó.
-¿De que hablas? -pregunté.
-Si, "¿cómo estás? Bien ¿y tú?" Ya bésalo a la chingada -
-A ver, entiendo que tu hablas con groserías pero bájale dos rayitas a tus celos, porque yo no soy tu ex novia que te aguantaba todo -
-Estás viviendo en mi perra casa, a la chingada, no me puedes dejar -
-No necesito vivir en tu "perra casa" cómo le dices tu, pero no te preocupes que en este mismo minuto recojo mis cosas -le dije calmada, me había dado en el ego. -dame las llaves de mi camioneta que me voy a ir a la chingada de Culiacán.
-¿Y a donde te irás? Estas haciendo el pinche servicio -
-A donde me de la gana -me puso las llaves de la camioneta en la mano.
-Que te vaya bien, vete con el hijo de su chingada madre del Hurtado -
-Marco, es mi amigo pero si tú crees que yo tengo algo más con él, perfecto, yo no tengo porque comprobarle nada a nadie -me limpie la primera de las muchas lágrimas que iba a llorar.
-No quiero verte -
-Ni yo a ti -

Me subí a la camioneta y conduje hasta la casa de Marco, metí todas mis cosas en las maletas y las metí a la camioneta. En ese momento llegó Kevin a mi lado y cuando me abrazó me solté a llorar.

-Marco es un pendejo, Cu, no le hagas caso -me dijo.
-¿Por qué me trató así? -me limpie las lágrimas. -yo no le hice nada, no creo haberle dado motivos nunca para dudar.
-Esta muy dañado, trae traumas cabrones de su relación anterior -Estábamos sentados en la banqueta frente a la casa de Marco.
-Pues que vaya a terapia pero yo no tenía porque pagar los platos rotos, Cu -
-Exactamente, Cu, tú no tienes la culpa -me acarició un hombro.