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arabiabri publicó una historia.

Hoy los suegros y mis cuñados vendrían a cenar por primera vez a la casa, Marco y yo habíamos esperado hasta que la casa estuviera toda lista para invitarlos a una cena familiar y aunque sabía que él moría por invitar a todos sus amigos no se enoj...

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Hoy los suegros y mis cuñados vendrían a cenar por primera vez a la casa, Marco y yo habíamos esperado hasta que la casa estuviera toda lista para invitarlos a una cena familiar y aunque sabía que él moría por invitar a todos sus amigos no se enojó cuando le dije que solo serían sus papás y sus hermanos, claro que con sus respectivas parejas.
Estaba haciendo comida libanesa, por lo que también invitaría a mi tía Aaliyah para que conociera a la familia de Marco.

-¿Que estamos preparando? -preguntó Marco sin dejar de comer pan pita con hummus.
-¿Estamos? Me suena manada -Voltee a verlo.
-Yo te dije que pidiéramos sushi del ranch -
-Deja de comer, Eduardo, ponte a ayudarme -
-Pero ¿que es esto? -
-Mira te lo digo por última vez -resople tomándome un descanso. -para el inicio dejaremos hummus, si es que no te lo terminas y jocoque, con la ensalada de perejil y aceite de olivo, para la cena es keppe crudo y falafel y en el postre es Kunafe.
-Ergaaaaa -dijo Marco volviendo a tomar más hummus. -No entendí una chingada de lo que acabas de decir.
-Solo ayúdame -reí, con este chico nunca me podía enojar.

Nos tardamos casi una hora y media en terminar porque Marco hacía todo mal y yo no podía aguantar la risa. No pude hacer que Marco dejara de comerse el hummus por lo que tuve que preparar más.
A las ocho puntual llegó toda su familia, no venía ni Mayve ni su novio pero venían sus abuelos, era la primera vez que veían la casa después de la remodelación.

-Quedó muy bien, mijo -le dijo el señor Gail a Marco.
-¿Verdad? -dijo mi suegro.
-Yo iré a la cocina a ver si todo está listo -dije y en ese momento se escuchó el timbre. -seguramente es mi tía.

Camine a abrir la puerta y si, era mi tía y mi prima de dos años.

-Hola, mon coeur -me besó el cabello. -¿soy la última?
-Como siempre -respondí dejándome abrazar.
-Vamos a ver si cocinas igual que tú mamá -

Entramos y ella me acompañó hasta la cocina, sentada en la isla estaba mi suegra.

-Señora Vero, ella es Aaliyah, mi tía -las presente.
-Un gusto, Verónica Cardenas -
-El gusto es mío, Aaliyah Kanaan, tía de esta hermosura -

Ellas comenzaron a platicar mientras yo sacaba una de las doce botellas de vino que había comprado para hoy, la abrí y les pasé dos copas. Después saqué más copas para poner en la mesa, que se suponía que Marco pondría y me mandó por un tubo.

-Déjame ayudarte, Cu -me pidió Kevin quitándome los cubiertos.
-¿Donde está Ana? -
-No va a venir -
-¿Por que? -
-Sus papás tuvieron que ir a Mochis y le dejaron a su hermanita, le dije que la trajera pero no quiso incomodar -
-Déjame hablar con ella, la haré venir en menos de una hora -
-Déjala, está teniendo unos problemas con sus papás y no quiere salir mucho -
-Mañana la llevaré por un café para hablar de todo -asentí.
-Gracias, le haría bien una amiga -

Nos sentamos todos alrededor de la mesa del comedor y todos comenzaron a servirse. Mi tía y la señora Vero no habían dejado de hablar en toda la noche, yo la había pasado al lado de Brianda y Kevin, ya que Marco estaba atrapado entre sus abuelos, su papá, su hermano mayor y mi prima, a esta última la llevaba en brazos desde que había llegado.

-Gail no sabe lo que le espera -se quejó Brianda por las patadas del bebé.
-¿A que te refieres? -pregunté tomando de mi vino.
-Este niño me está pateando como si fuera un pinchi balón -
-Ergaaaaaa cuñada, este niño te va a sacar moretes -
-No lo dudo -dijo ella.

En media hora la comida se terminó y todos estaban sobándose la barriga de lo llenos que estaban.

-Mon coeur, cocinas igual que tú mamá -me dijo mi tía tomando mi mano. -sé que ella estaría muy orgullosa de la familia que tienes aquí en Culiacán.
-Es una lástima que nosotros no pudiéramos conocerla hija, pero por la forma en que te comportas podemos ver que era una mujer excepcional -dijo el papá de Marco.
-Si lo era, mi hermana era todo lo que yo quería ser de grande -dijo mi tía, yo recargue mi cabeza en el hombro de Marco, ya no dolía como antes pero aún sentía como el corazón se me estrujaba. -pero sé que Zyanya estaría orgullosa de su pequeña.

Marco tenía a Elia dormida en los brazos desde hacía tres horas así que seguramente ya tenía ambos brazos dormidos porque la niña pesaba fácilmente nueve kilos y llevaba cargándolos por mucho tiempo.

-Si quieres dame a Elia -le dije y el negó con el rostro.
-Está muy cómoda en mis brazos, ademas es preciosa, como tú -me besó.
-Marco, mijo, Kevin nos llevará de regreso a Chinitos -le dijo su abuela. El asintió y la abrazó con el brazo que le quedaba libre.
-Está bien abuela, los iré a ver en la semana -les dijo y ellos asintieron para después despedirse de mi.
-Yo acompañaré a Marco -Asegure. -también quiero ir allá.
-Me parecen una familia muy bonita -
-Abuela este no es nuestro bebé -
-No soy tonta, mijo, si sé que este no es su bebé -se rió ella y yo no pude más que sonrojarme. -pero algún día tendrán sus propios bebés y seguirán siendo una hermosa familia.

Mi tía se fue alrededor de las once y media de la noche, dejándonos en la casa solo con mis suegros pues Gail y Bri también tuvieron que retirarse.
Marco estaba en el sillón individual frente a sus papás que estaban en el sillón grande, yo me senté en el descansa brazos de Marco y él pasó un brazo por mi cadera.

-Nunca creí que crecerías tan rápido -dijo la señora Vero a Marco. -hace unos meses estabas borracho todos los días porque no le encontrabas ningún sentido a tu vida y ahora tienes la novia, la casa, y la estabilidad.
-¿De que habla, amá? -rió nervioso.
-De cuando mandaste todo a la fregada porque fuiste un pendejo y arruinaste todo -Yo acaricié el cabello de Marco. -parece que fue hace muchos años.
-Me gustaría pensar que mejoré -dijo él y volteó a verme. -¿tu que dices, preciosa?
-Yo digo que los dos hemos crecido estos meses juntos, pero también creo que nos falta mucho para poder ser esa familia de la que todos hablan, somos chicos aún... -
-Pero ya viven juntos -interrumpió mi suegro. -uno no decide vivir con cualquiera, no es jugar a la casita, es estar listo para comprometer tu vida a la de alguien más.

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