PROYECTO OJOS VERDES

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-¿Te acuerdas del niño bonito de ojos verdes que te mostré?

-Ah si. Creo que sale en una de las fotos que nos sacamos con las chicas.

-¡Ay si! -grita emocionada -Es una lastima que no se vean sus ojos.

-Ah si -poniendo los ojos en blanco -Y ¿Que pasó? ¿Vas a hablarle en la siguiente reunión?

-No, no. Como crees Mariana. Yo no soy asi. No podria hablarle.

-Si solo vas a decirle "Hola" Ni que le fueras a decir "¿Quieres casarte conmigo?" -En tono burlón. Ambas rieron imaginandolo.

Lucia siguió con una risita nerviosa haciendo que las mejias se le pusieran rojas.

-Imaginate... Me le acerco ¿Qué le digo?

-Ah fácil. Dices que siempre lo ponen en el grupo de organizadores, de los que verifican la entrada o algo asi, ¿verdad?.

-Si -le observaba ahora con el rostro serio como si estuvieran tramando una estrategia para atravesar las trincheras y vencer al enemigo.

-Okey. Entonces solo preguntale donde hay asientos o la hora.

Lucia volvio a reir.

-Y yo con el reloj en la muñeca -se tira la carcajada.

-Entonces pregunta por los baños.

-Si y el letrero gigante a un lado ¡No! ¡No! Otra cosa.

-Llévale algo de tomar.

-¿De tomar?

-Si, casi siempre les toca hacer eso por turnos largos y no pueden ir a comprar algo y como seguramente hará calor -encogió sus hombros como si todo estuviera cayendo por su propio peso.

Lucia lo medito de nuevo.

-¡Ya se! -Mariana dio una palmada en el aire entusiasmada. -Yo voy. Yo le hablo por ti.

-¿Qué le dirás?

-Fácil. No sabes su nombre ¿verdad?

-No.

-Pues solo iré y se lo pregunto.

Lucia movió su cabeza negando y dandose con la palma de la mano sobre su frente.

-¿Asi sin más?

-Pues si. Solo llego y le digo "Hola, tu eres". Y me acerco a leerle el gafete.

-¡NO! ¡Cómo vas a hacer eso?!

-Pues si, para eso nos ponemos los gafetes con los nombres.

-¡No! ¡No! ¡No!

-Entonces hagamos como si queremos tomarnos una foto. Le pedimos que nos la tome y al darle las gracias le pedimos su nombre.

-¡No! Qué vergüenza -se cubria el rostro con las manos.

-Y entonces ¿Qué propones para hablarle?

-No sé. Otra forma. No tan directa.

Se quedaron pensando un momento

-Otra idea - hablo de nuevo Mariana

-Aja

-Bien, cómo yo, seguro tendré que llevar el tobillo vendado. Llevaremos la silla de ruedas y como en ese caso tendrían que sentarnos en un lugar accesible y espacioso. Entonces tú llegas y le preguntas por un asiento para tu pobrecita amiga inválida -se rió imaginando la escena.

-Si y en el almuerzo nos ve caminando y cargando la silla -se rieron de nuevo negando con la cabeza.

-Si es cierto, seguro que para ese mes ya no tendré puesto el yeso en el pie.

-Otra cosa

-Ya

-¿Ya?

-Si.

-Aja, Dale.

-Comida

-¿Comida?

-Si. Llévale un sandwich en el almuerzo

Lucia sonrió con la ocurrencia

-A ti solo cosas de comida se te ocurren para llevarle a los hombres.

-Bueno, no por nada mi mamá dice que para llegar al corazón de un hombre primero hay que llegar a su estómago -se encogió de hombros. -O mejor un café.

-Y como siempre se me ocurre llevar tacones, me tropiezo y le tiro el café encima -soltaba carcajadas imaginandolo.

-Otra oportunidad para hablar. Te vas a disculpar con él por lo que pasó y hasta le ofreces comprarle otra camisa -añadio riendo por la vergüenza imaginaria que su amiga pasaria.

-No. No. Café no.

- No se. Ya te di todas las ideas y solo se me ocurre comida. Qué tal unos de esos panquecitos que venden en la tarde en la cafetería.

-Un cupcake.

-Si eso. En la tarde todos tendremos sueño y en el receso todos salimos a comprar café y algo para comer.

-Si -asentia pensativa ante la posibilidad

-O mejor una de esas donas que se ven tan bonitas.

-¿Donas?

-Si de esas que llevan en esas cajas blancas. Se ven tan ricas. No creo que te diga que no a una de esas, le llevas una caja.

-Pues claro, una caja para que tenga variedad de escoger y te sirve de paso para saber que le gusta.

-mmm... -pensó de nuevo.

-Será el proyecto ojos verdes - sonrió Mariana levantado la mano imaginando el nombre con letras de neón. -Ah pero al menos llévale una lata de soda. No vaya a ser y le salgan duras las donas y se muera de asfixia -se rió con su propio chiste.

Las risas continuaron y se pasaron a otro tema.

Aun faltaba casi dos meses para que se diera la oportunidad en que Lucia viera de nuevo a su "Niño bonito de ojos verdes".

Pero sin importar el tiempo el "Proyecto Ojos Verdes" estaba hecho y calculado hasta el más mínimo detalle.

ONE - SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora