Los juegos que juegan

Epílogo

Veinte años después

El mundo mágico no solo había cambiado, sino que floreció dramáticamente.  La población se había triplicado en ese tiempo, sin una guerra, Lucius Malfoy había sido acuñado como 'Ministro de paz' ​​y nadie pensaba en Lucius como algo más que un buen hombre, un Ministro maravilloso y ¿el nombre Malfoy?  Ya no se despreciaba, ridiculizaba ni incluía en la lista negra.  Todos querían aceptar a los Malfoy donde iban, todos quieren que compren en sus tiendas, y no solo por su dinero.

El ministro Malfoy no solo había comprado tierras a la izquierda, a la derecha y al centro, sino que lo hizo para que tuvieran múltiples áreas mágicas donde los muggles no pudieran invadirlas.  Había comprado todos los acres de tierra en Little Hangleton y sus alrededores.  Todo había sido demolido, incluida la choza Gaunt.  Se construyeron pisos y casas, en cinco años había pasado de ser un sitio de construcción a una comunidad próspera, con tiendas, un campo de quidditch, que albergaba competiciones de Quidditch para jóvenes, había una gran cantidad de nuevas escobas para jóvenes, lo cual había sido idea de Draco y  lo había financiado, lo que lo había hecho muy rico por su cuenta sin necesitar a sus padres.  Ronald Weasley en realidad entrenó a uno de los equipos, cuando no estaba en el circuito de Ajedrez, nadie había superado su puesto número uno en una década.

Ronald durante ese año en Hogwarts… entrando en pánico y reprobando sus clases, nunca antes en su vida había trabajado para su grado, cuando Blake lo ayudó a levantarse y le dijo que el trabajo era necesario para hacerlo bien.  Que todos sus hermanos habían hecho lo mismo.  Que solo porque era un Weasley no significaba que no pudiera encontrar una carrera que se adaptara a él.  Afortunadamente, Blake conocía bien a Ronald y fue capaz de impulsarlo en una dirección profesional en la que sería feliz. Comentando ociosamente cuánto se ganaba en el circuito de ajedrez si eres lo suficientemente bueno.  Conoció y se casó con Trisha O'Connell, ahora Weasley, una compañera entusiasta del ajedrez.  Decir que Hermione se había horrorizado y aturdido cuando se enteró de la noticia era decirlo a la ligera.

Hermione?  La magia de Hermione se liberó de las esposas dos años después de su sentencia.  Lo que le brindó un poco más de protección de los Dementores que no había tenido antes.  Después de eso, un año después salió de Azkaban después de haber cumplido su sentencia, a tiempo para ver a Ginevra Weasley para que la escoltaran. Se fue la vivaz chica, en su lugar una versión tenue de ella con el pelo muy corto.

Finalmente, la propia sentencia de Ginevra se cumplió, Azkaban no había sido fácil para ella.  Todavía no se había recuperado hasta el día de hoy, Molly pasaba todos los días cuidando a su hija, negándose incluso a contemplar ponerla en San Mungo.  Era como si Ginny hubiera ido tan adentro de sí misma para protegerse, que se negaba a salir.  Nunca tendría hijos, nunca se casaría, todo lo que podía hacer era seguir las órdenes básicas.  Había pocos días en los que hablaba, pero eran pocos y espaciados.

Bill y Charlie tenían su propio negocio y santuarios de dragones.  Se habían arriesgado ellos mismos, pidiendo dinero prestado a los gemelos para ver si podían hacerlo funcionar, y después de unos años todo había despegado.  Bill trabajó de forma independiente y se convirtió en su propio jefe.  Dirigir un negocio de artesanía de Ward, trabajar en todo el mundo o enviar a sus equipos.  Charlie dirigía sus propios santuarios para dragones dándoles la mejor atención posible.  Los niños Weasley ya no usaban túnicas heredadas y estaban muy bien.  ¿La madriguera?  Había sido demolido después de que se construyera una hermosa casa en su lugar, con suficiente espacio para que los nietos pasaran la noche.  La única estipulación que pidieron fue que Molly y Ginny nunca se quedaran solas con ellas.  Arthur había escuchado a sus hijos y lo había hecho cumplir estrictamente.  Su relación con sus hijos era mejor que nunca y él era más fuerte por eso.  Se había retirado, cuando los niños no estaban, pasaba la mayor parte de su tiempo jugando con sus cosas muggles, que ahora estaban principalmente en el sótano.  De hecho, accidentalmente había creado bastantes dispositivos que funcionan en el mundo mágico y ganó más dinero del que jamás podría gastar.  Pudo malcriar a sus hijos y nietos de la forma en que siempre había querido.  Él ya había hecho un testamento de que su dinero se dividiría equitativamente entre todos sus hijos, en caso de que él y Molly murieran, el cuidado de Ginny en el futuro estaba bien ordenado para que tuviera el cuidado que necesitaba.  Seguía siendo su padre y sentía la necesidad de hacer lo que pudiera.