Los juegos que juegan

Capitulo 26

Albus se sentó graciosamente en su asiento en el Gran Comedor, sus oídos todavía zumbaban dolorosamente por el 'regaño' que había recibido de Minerva, Filius, Severus y Sprout después del almuerzo. Habían exigido respuestas a lo que Slytherin le había acusado. Lo que más le molestó fue el hecho de que le habían creído al mago sin siquiera tener la cortesía de preguntarle si era cierto o no. Eran sus maestros, conocían a Slytherin desde hacía cinco minutos y ya se estaban volviendo contra él. Harry había estado con él todo un verano, ¿qué daño iba a tener que arreglar cuando finalmente sacara a Slytherin del camino?

No importa lo que dijera, no los había apaciguado en absoluto, de hecho, todos estaban a medias en informarlo al Ministerio, dijeron, después de todo había animado a los niños de trece años a quebrantar la ley, a irse. atrás en el tiempo, donde podrían haberse visto a sí mismos y volverse locos. Apenas había podido salir intacto de ese, pero se habían ido y afortunadamente no habían ido al Ministerio de magia; tendría que vigilarse de cerca.

Slytherin estaba encantando a sus empleados; Filius y Minerva escuchaban sus historias con una atención que rara vez les veía prestar. Discutiendo muchas cosas durante la última hora, duelos, países en el extranjero, magia, ideas y revistas académicas que disfrutaron leyendo, ¡incluso Severus se unió! Siempre odió a los profesores de Defensa, sobre todo porque eran completamente ineptos, pero todos asumieron que era porque quería el trabajo.

"Mis disculpas, debo cumplir con los de primer año, perdón", dijo Minerva, levantándose de mala gana, ya se había sorprendido mucho al ver la hora. Normalmente, esta parte de esperar a que llegaran los estudiantes podía ser tediosa, pero por una vez el tiempo había pasado volando.

"Está perfectamente bien", insistió Blake, agitando su disculpa por intrascendente. "Entiendo."

Severus arqueó una ceja con curiosidad; Blake había sido impasible pero muy apasionado, cautivando a todos los profesores con su conocimiento y experiencia. Lo que quería saber era si era genuino o si solo estaba interpretando el papel. Lo que sea que estuviera haciendo, ciertamente enfurecía a Dumbledore que se había sentado rígidamente en su asiento sin decir nada mientras se escuchaba a sí mismo. Solo relajarse cuando los estudiantes debían aparecer, hacerlo con tanta facilidad demostró que era brillante al mostrar confianza a todos los que lo miraban.

Volviéndose hacia el frente cuando escuchó abrirse las puertas del Gran Salón, Minerva simplemente regresaba con el sombrero seleccionador y por supuesto el taburete que se usaba cada año. Sabía por experiencia que ella se marcharía de inmediato para recuperar el último lote de primeros años. Parpadeó dos veces al observar su Slytherin; estaban actuando muy fuera de lugar. Mirando a Blake con curiosidad, miedo y condena.

"Creo que los Slytherin ya saben de ti, ¿te gustaría compartirlo?" Preguntó Severus, su voz extremadamente baja para no llamar la atención de los que estaban sentados cerca de ellos. No es que les estuvieran prestando atención, de hecho, estaban mirando al nuevo grupo de estudiantes de primer año que se acercaban a la mesa principal haciendo una línea entre los bancos.

Blake se rió entre dientes, "Creo que Draco ya les ha informado sobre mis habilidades", explicó, "Quizás incluso el hecho de que el Señor Oscuro tiene un padre muggle ... espero que no, si lo ha hecho, no vivirá para ver más allá de la Navidad si se atreve a regresar a casa en la mansión Malfoy ".

Severus asintió sombríamente ante eso, era cierto; el Señor Oscuro castigaría no solo a Draco sino a toda la familia si se atrevía a hablar de ello. No esperaba que Draco dijera nada; había asumido que era algo completamente diferente. Ya sabía sobre la confrontación de Blake con los Malfoy, le había explicado antes en la cabaña.