Preocupaciones

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Las noches de verano siempre calurosas haciendo que la ropa se pegara a tu cuerpo. Por eso Wesker prefería más los días fríos en los que sólo te abrigas un poco y ni una gota de sudor baja por tú frente o tú boca se seca como un desierto. Paso una mano por su cabellera rubia, tirando de algún mechón rebelde que cayera por su frente hacia tras, mientras hacía unas revisiones en algún que otro informe, acompañado de su lámpara, la única luz que iluminaba lo suficiente para leer.

Wesker había creído que era la única alma solitaria que aún permanecía en su lugar de trabajo, sin esperar a su extraño visitante que entró a su oficina y cerró la puerta tras de él. Aún sabiendo quien podría ser, se mantuvo concentrado en escribir.

–Redfield ¿Qué haces aún aquí?–.

–Buscando respuestas–. Chris le respondió con seriedad. Logrando que Wesker levantará su mirada de los documentos y le mirará fijo por detrás de las gafas.

"¿A qué se refiere con respuestas?" Se detuvo a prensar Wesker, a lo que después pregunto.–¿De qué?–.

–De lo que sucedió en el hospital–. Y Chris observó el leve movimiento de como el rubio apretó la mandíbula. Seguro lo estaba haciendo sentir incómodo.

Wesker fingió no saber de qué hablaba, si después de todo, estaba bajo el efecto de las sustancias, 'tanto' que le habían aflojado la boca lo suficiente para hablar de cualquier disparate sin pensar.–Hay un nublón en mí mente sobre aquello que pides ¿Acaso no recuerdas que te lo dije?–. Se recostó contra el respaldar a ver qué tenía para decirle ahora.

–No estoy hablando de antes de lo ocurrido. Yo quiero saber que es lo que provoca que una persona como tú, se auto haga negligencia–. Estaba demasiado preocupado por la salud de Wesker.

–¿Negligencia?–. Se río sacándose las gafas para enfrentarse a los ojos preocupantes que no le apartaban la mirada.-Explícate Christopher-.

–Al contrario, 'usted' explíquese–. Caminó hasta estar enfrente del escritorio de Wesker.

–¿De qué? No tengo nada que explicar–.

–¿No?, Tengo pruebas–.

–Dime, ¿Cuáles?–.

Y Chris se preparó para ir diciendo todo lo que fue recopilando de los días que estuvo mirando a Wesker.–Se que no duermes, no comes, no descansas, estás todo el día en tu oficina y nunca sales de ahí. Jill y yo te hemos estado observando, Wesker. La manera descuidada en la que vives es.. preocupante–. Se detuvo un momento peleando contra los ojos de Wesker que lo miraban cansado, notando las ojeras bajo sus ojos.–¿Se debe a las pesadillas?–. Pregunto directo, volviendo al contacto visual.

Wesker se puso rígido, sin darse cuenta que había roto la pluma con la que escribía en su mano, pero fingió una postura serena. Cerró los ojos apoyándose de lado y se frotó los párpados.–Si fuera así ¿Qué harías?–. No era de si mismo mostrar lo patético que se vio aquél día, pero parece que hoy debía vender la imagen de no ser lo que aparenta, y se dio cuenta, si quizás hacía eso tendría a Redfield más cerca y comiendo de la palma de su mano.

-No soy un doctor, pero intentaré ayudarte en lo que pueda-.

"Pobre Chris, me preguntó que pasará ¿Cuándo no se te pagué con la misma moneda?".

Aunque Wesker no sabía que Chris realmente no pensaba que se le devuelva el favor por ayudarlo, solo... Era Chris y su preocupación de saber que alguien está mal y nadie hacía nada al respecto para darle una mano amiga. No había segundas intenciones en él, ni nada que esperar a cambió.

Devuelta al comienzo (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora